La vacunación marca un punto de inflexión en la pandemia de coronavirus que empezó en marzo de 2020 y por ello algunas personas deciden celebrar el pinchazo consumiendo algún tipo de bebida alcohólica, a pesar de que no existen estudios sobre su posible influencia en la eficacia del antídoto.

No está probado que haya consecuencias negativas de la ingesta de alcohol tras recibir la vacuna pero sí se conoce un empeoramiento del estado de salud en aquellas personas que abusan de la toma de bebidas alcohólicas.

Estas personas tienen mayor probabilidad de sufrir infecciones de virus o bacterias, puesto que el alcohol no permite que los anticuerpos no se pueden desplazar al lugar donde se encuentra el virus.

La doctora en biología molecular Martina Mateu pone el ejemplo de un laboratorio al que se le va quitando material y por lo tanto ya no se puede trabajar correctamente.

Por otro lado, el periodista Anahad O’Connor publicó en The New York Times que no parecía que la ingesta moderada de alcohol supusiese un problema real para la inmunización que ofrecen los compuestos de Pfizer, Moderna o Janssen, apuntando que el peligro está en los consumos excesivos.

Sin embargo, y aunque no haya estudios al respecto, sí que hay países, como Rusia, en los que se recomienda evitar el consumo de alcohol dos semanas antes del pinchazo y también 42 días después.Tras la vacuna, prudencia

Sí que se ha hecho algún estudio sobre los efectos secundarios de la vacuna tras consumir alcohol y se ha comprobado que puede generar fiebre, dolor de cabeza o malestar. "El pinchazo necesita activar nuestra capacidad de respuesta inmunológica y estamos poniendo barreras", explica Mateu.

Por último, recalca que “estamos acostumbrados a que las autoridades nos digan lo que tenemos que hacer, pero con el alcohol y la vacuna no hay esa receta, por lo que hay que ser prudentes”.