Respeto a las personas que sienten las banderas. A las que sienten la navarra, la ikurriña, la española o la de su pueblo. Pero me provoca sonrojo que ese sentimiento nos cueste dinero -mucho- a los demás, nos cueste dinerales a los demás, ya sea cuando se condenó al Ayuntamiento de Pamplona a pagar 8.000 euros por ondear la ikurriña cuando ya sabían que no estaba permitido o ahora que meter una mega bandera de Navarra en la plaza de los Fueros también por parte del Ayuntamiento de Pamplona nos va a costar 100.000. Me da igual la razón que se alegue y también la bandera que sea, al final es un asunto en el que la inmensa mayoría de los ciudadanos tiene sus propias sensaciones y sentimientos y antes de hacer nada que no se ajuste a la legislación lo que hay que hacer es cambiar la legislación.

Gastarse 100.000 euros de Pamplona, de los pamploneses y pamplonesas, en poner una bandera de Navarra, debería de estar prohibido por la legislación, que debería estar también para impedir estas cosas, estas aberraciones del poder del color y de la clase que sea el poder, en este caso de Navarra Suma, a quien también acompañó ayer algún representante del Gobierno de Navarra, que tendría que haberse escaqueado elegantemente del asunto, ya que si vas a una charlotada la legitimas. Es una bandera de Navarra de 100.000 euros. Es aberrante, cojones, es aberrante gastarse dinero público en esa cantidad cuando tenemos Pamplona y Navarra atestada de carteles y banderas oficiales y cuando es completamente innecesario más allá de provocar rechazo. No me gustan las banderas. No me gustaría que una bandera gigante de Navarra o de España o una ikurriña ondease en ninguna parte. Pero si al erario público le costase cero euros, oye, allá cada cual, me aguanto. Pero hablamos de 100.000. De mi contribución. Siento asco, vergüenza y un profundo malestar ante esta clase de dirigentes. Dan pena.

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La bandera de Navarra XXL ya ondea en la Plaza de los Fueros de Pamplona AYUNTAMIENTO DE PAMPLONA