PAMPLONA. La reparación de electrodomésticos y aparatos electrónicos está en alza en Navarra. El pésimo contexto económico ha originado un retroceso en la compra de estos productos -comercios de la Comunidad Foral cifran la caída en hasta un tercio de las ventas respecto al inicio de la crisis- y la consiguiente apuesta de los consumidores por el arreglo. Esta tendencia debiera haberse traducido en un incremento de la actividad de los servicios oficiales de reparación, sin embargo, estos constatan que el intrusismo profesional y el recurso a la chapuza casera les han robado clientes. El aumento del 19% en la venta de repuestos para estos aparatos, según Fersay, una de las empresas líderes del sector, confirma que ante una avería se recurre a reparar fuera de talleres autorizados.
Esta preferencia por el arreglo supone un cambio en el comportamiento de los consumidores. Reparar un electrodoméstico usado era, hasta la irrupción de la crisis, una práctica casi en desuso. Los usuarios solo se inclinaban por llamar al servicio técnico cuando tenían la completa seguridad de que el arreglo merecía la pena. El desplazamiento del técnico, el recambio de las piezas estropeadas y el coste de la mano de obra eran razones de peso para comprar un modelo nuevo. La situación, sin embargo, ha cambiado en los últimos cuatro años. La industria de electrodomésticos ha registrado una bajada de ventas del 12,6% en los primeros cinco meses de este año en el Estado. Comercios de la Comunidad Foral incluso elevan este descenso y lo cifran en un horquilla que oscila entre un 10% y un 30% según el tipo de establecimiento.
para 10 años "La compra de electrodomésticos está bajando claramente en estos años, pero no el precio de los adquiridos. El consumidor aguanta más con el aparato, aunque tenga una pequeña avería, pero cuando compra uno prefiere los de gama media-alta. No escatima, sobre todo en la compra de equipamiento completo de cocinas, porque es una adquisición a futuro y quieren que el aparato les dure 10 ó 12 años. Buscan un precio ajustado, pero no lo más barato", explican fuentes de icenter. "Sí se renuncia a detalles. Si tienes un horno pirolítico con programador electrónico y no lo usas, comprarás el horno sin programador, pero lo comprarás pirolítico", añaden. Según explican, la situación es más difícil para tiendas que solo venden electrodomésticos. "Notan más la bajada en la venta de la unidad suelta", precisan. Este fenómeno, sin embargo, es menos evidente en el caso de pequeños aparatos y nuevos dispositivos (cafeteras expresso, robots de aspiración y cocina), que experimentan una evolución positiva, según El Corte Inglés.
el cuñado como técnico El descenso en la compra de grandes electrodomésticos -secadoras (-32%), cocinas (-21%), congeladores (-16,8%), frigoríficos (-14,3%) y hornos (-13,7%), lavavajillas (-9,8%) y lavadoras (-8,6%)-, según datos de los fabricantes, ha producido un trasvase hacia las reparaciones, pero la crisis impulsa la búsqueda de fórmulas de ahorro y la picaresca. "La gente acude ahora al cuñado, al que se ha quedado en paro y es un poco manitas. A los servicios técnicos llaman para preguntar los precios y luego no vuelven a ponerse en contacto con nosotros, salvo que hayan terminado de destrozar el aparato. Con tal de ahorrar se está haciendo lo que sea, lavar a mano si se rompe el lavavajillas o llevar la colada a casa de los padres. Pensábamos que la crisis nos iba a venir bien, pero no ha sido así", explican desde el servicio técnico de reparación de electrodomésticos Arcauz, que advierten del peligro de recurrir a esta vía. "Si luego hay problemas, no vas a protestar al vecino del quinto que te ha hecho el favor de arreglar el aparato", apuntan. Esta tendencia a la chapuza casera viene ratificada por la demanda de piezas de recambio. "Llaman un montón para pedir piezas pero nosotros solo reparamos", comentan. "El trabajo está bajando muchísimo y, en mi opinión, es por el intrusismo, como lo prueba el hecho de que vienen muchísimas personas que no son del servicio oficial a comprar piezas para reparar", coinciden en Electroreparación 2000. "En épocas de crisis es cuando la gente repara, y, de hecho, los electrodomésticos más caros se siguen reparando, pero también son épocas en las que hay mucha picaresca. Hay que tener en cuenta que al final puede salir más cara la reparación fuera de los servicios porque las piezas las compran aquí y luego les ponen un precio añadido", alertan.
Los talleres también aconsejan no fijarse solo en el precio de los aparatos. "Un motor de una lavadora puede valer 180 euros y hay lavadoras nuevas por 200, pero son marcas de fuera y sin garantía. A veces nos llaman porque tienen averías y no sabemos ni de dónde vienen los aparatos. Estamos perdiendo todos, son baratos pero luego no tienen servicio y la mayoría hay que tirarlos", informan.