vitoria - El nuevo obispo de Vitoria, el navarro Juan Carlos Elizalde, afirmó ayer que, dada la “experiencia” de la Iglesia en el perdón, ésta “lo debe dar todo” para conseguir la reconciliación de la sociedad vasca tras el terrorismo de ETA.

En un encuentro con periodistas Elizalde explicó que “la paz, la reconciliación y el perdón” serán una de las prioridades de su trabajo al frente del Obispado porque tras medio siglo de violencia “puede haber una guerra fría en la sociedad, pero eso no es reconciliación”.

Advirtió en este sentido de que en Navarra se ha encontrado “en pueblos pequeños con grandes bolsas de resentimiento” y llamó a trabajar el perdón porque “hay quien paraliza su crecimiento humano” por ser incapaz de perdonar a los demás o incluso a uno mismo, “y más cuando hay muertos”. Pidió de nuevo, como ya hizo el pasado sábado en la ceremonia de su ordenación, “gestos audaces” para avanzar en este camino y alertó de la “tentación de actuar bajo lo políticamente correcto” mediante actos “de fachada” para “salvar las apariencias”.

El obispo enumeró también el resto de materias que ha establecido como sus prioridades en Vitoria: el trabajo con los pobres, la evangelización, los jóvenes y las vocaciones, y la familia.

En el primer apartado ensalzó la labor de la Diócesis, que es “pionera” en programas sociales y presupuesto, y animó a “intensificar” el trabajo en este campo para dar respuesta a los pobres, los parados, los marginados y los inmigrantes.

APOYO A LOS REFUGIADOS Elizalde aprovechó la mención a este colectivo para criticar la “hipocresía” de las instituciones europeas que “juegan con personas” cuando deciden sus políticas sobre refugiados. “No se puede tener a miles de personas a merced de lo que los poderosos decidan”, dijo el obispo, que recordó que “la Iglesia está implicada hasta arriba” en el rechazo al preacuerdo de la UE con Turquía para devolver a ese país a todos los refugiados.

El nuevo prelado señaló que “ama profundamente” la tierra vasca y su cultura porque la ha “vivido desde el origen” (nació en Mezkiritz) y dijo sentirse en Vitoria “como en casa”. “No me siento extraño porque provengo de la montaña navarra”, añadió.

Elizalde contó que el pasado día 2 pudo saludar al papa Francisco tras una Audiencia en el Vaticano y que aprovechó la ocasión para pedirle consejo en su nuevo cometido: “Que le aguanten y que le quieran”, le respondió el pontífice riéndose.

El comentario fue recibido con una carcajada por Elizalde, lo que llevó al Papa a decir “¡Qué bien, un obispo alegre! Las comunidades necesitan pastores alegres para levantar el ánimo”.