- Siguien saliendo a la luz nuevas informaciones que complican cada vez más el futuro judicial del rey emérito. La última, revelada por El Confidencial, indica que Juan Carlos I recibió un ático en Londres poco después de abdicar y al menos 20 millones desaparecieron en su venta realizada en las Islas Vírgenes, un opaco paraíso fiscal.

El ático de lujo fue comprado por la embajada de Omán en Londres y el sultán se lo cedió al rey emérito para su uso por tiempo ilimitado, tan solo dos semanas de abdicar. La vivienda costó 50 millones de libras (unos 62,7 millones de euros) y fue adquirida por el embajador el 2 de julio de 2014, dos semanas después de la abdicación. Juan Carlos I ordenó algunas obras antes de instalarse, como transformar una estancia en sala de rehabilitación y un baño en una habitación para su médico personal.

Según fuentes próximas a las pesquisas a las que tuvo acceso El Confidencial, a mediados de 2016, Juan Carlos I se quejó de que el sultán no se hiciera cargo de los gastos de comunidad y, unas semanas más tarde, informó al sultán de que ya no le interesaba su regalo, es decir, que prefería quedarse con los 62 millones de euros que costaba la vivienda.

Este mensaje del rey emérito provocó un profundo malestar en la corte de Omán porque el sultán Qaboos Bin Said había previsto conservar el ático para poder adjuntarlo a su sede diplomática tras la muerte del rey emérito. Esta sede diplomática está justo detrás de la vivienda, por lo que Bin Said pretendía dejarlo para el personal de la embajada o sus dignatarios.

Juan Carlos I dio con la manera de que su nombre no apareciera en ningún documento. Lo hizo convenciendo al sultán para que otorgara el ático como regalo de bodas a un alto ejecutivo que se iba a casa en Madrid, ya que el emérito iba a ser su padrino. Se trataba de Mohamed el Husseiny, que en ese momento trabajaba en el fondo de capital de riesgo Mudabala y es fundador de Ventura Capital, compañía inversora centrada en ciberseguridad.

El alto ejecutivo de la city londinense, sin embargo, nunca lo utilizó y meses después vendió el ático en las Islas Vírgenes -un paraíso fiscal- a K. Legacy Ltd., actual propietario del ático. El medio que ha revelado la operación baraja la hipótesis de si K. responde a la inicial de King (rey en inglés).

La operación de venta, inscrita por 20 millones de euros menos del importe en el que fue tasada la casa, no figura en las fundaciones vinculadas a Juan Carlos I. Desde una de ellas -Lucum-, se transfirieron 65 millones de euros en 2012 a Corinna, la examante del emérito.

Respecto a Corinna, en unas grabaciones de Villarejo realizadas en 2015, la alemana reveló que el entonces jefe del Estado español recibió del sultán de Omán un ático de lujo en Londres, del que ella le disuadió de ponerlo a su nombre, ya que nunca podría justificar el origen de ese dinero. "Lo han vendido a alguien que ha pagado 50 millones de libras, a otro árabe, un joven", añadió.

Regularía su situación tributaria. Juan Carlos I podría evitar una acusación de la Fiscalía del Tribunal Supremo mediante una regulación fiscal voluntaria, según explicó El Confidencial. El rey emérito podría hacer su situación tributaria regular antes de que se le notifique desde la Administración Tributaria el inicio de las investigaciones. La orden establece que la regularización "impedirá que se le persiga por las posibles irregularidades contables u otras falsedades instrumentales" que "pudiera haber cometido con carácter previo a la regularización de su situación tributaria". Además resquicio legal del rey emérito implicaría una confesión del delito fiscal.