La Comisión de Salud Pública, integrada por el Ministerio de Sanidad y las comunidades, estudió el jueves un nuevo documento sobre las medidas restrictivas a aplicar en función del riesgo (marcado por colores, el conocido como sistema de semáforo) que deja de lado las recomendaciones y establece medidas obligatorias a adoptar dependiendo del nivel de riesgo del territorio, según ha informado el periódico La Vanguardia. De esta manera, los gobiernos regionales sabrán en qué momento, en función de la situación epidemiológica, podrán decretar limitaciones de movilidad y de contactos sociales. De aprobarse, la hostelería navarra no podría abrir sus barras -para ello necesitaría bajar la incidencia del 127 actual en 14 días a 25 casos por 100.000 habitantes, pero sí podría mantener abiertos los interiores y las terrazas.

Navarra permite el consumo en el interior de los establecimientos con licencia de bar especial, café espectáculo, bares, cafeterías y restaurantes con un aforo del 30% del máximo autorizado. El consumo se debe realizará siempre sentado en mesa y éstas deben respetar la distancia de 2 metros y no superar las cuatro personas y las barras pueden ser usadas por los clientas para pedir y recoger la consumición. Las terrazas pueden abrir al 100% de aforo.

La Comisión de Salud Pública reunida el jueves estudió un nuevo documento sobre las medidas restrictivas a aplicar en función del riesgo (marcado por colores, el conocido como sistema de semáforo) que establece medidas obligatorias a adoptar dependiendo del nivel de riesgo del territorio. De esta manera, los gobiernos regionales sabrán en qué momento, en función de la situación epidemiológica, podrán decretar limitaciones de movilidad y de contactos sociales.

Así, establece, por ejemplo, que no se podrá consumir en la barra salvo que el territorio esté en lo que se denomina nueva normalidad (menos de 25 casos por 100.000 habitantes) y el cierre de los interiores de bares y restaurantes a partir del nivel de riesgo alto, es decir, que la incidencia acumulada sea superior a 150 casos por 100.000 habitantes. Las terrazas seguirán abiertas aunque con limitaciones de horario y de aforo en esos niveles de riesgo. Pero si el territorio supera los 500 casos por 100.000 habitantes se cerrarán.

El documento incluye la literatura científica que avala el porqué se actúa de una manera concreta en un determinado negocio o espacio y no en otro para evitar que los tribunales tumben lo acordado por un gobierno regional, como ocurrió en Euskadi El Gobierno vasco decretó el cierre de la hostelería debido a la alta incidencia de casos, pero el tribunal de Justicia del País vasco derogó esa medida al considerar que no había evidencias científicas de que en los bares y restaurantes había más contagios.

Con este documento que tendrá que aprobar el jueves el Consejo Interterritorial de Salud, según ha informado el rotativo catalán, el juez en cuestión sabría qué investigaciones avalan las decisiones adoptadas por las autoridades sanitarias. Y se cita en concreto un estudio, publicado el pasado mes de enero en la revista Nature , en el que utilizaron los datos de GPS de teléfonos móviles en EEUU entre marzo y mayo del 2020 para evaluar el riesgo de infección en diferentes tipos de establecimientos en función del número medio de visitas y el tiempo medio de permanencia, sin contemplar diferencias específicas en el riesgo de infección entre unos locales y otros en función de su tipología.

Según sus resultados, la reapertura de restaurantes produciría el mayor número de infecciones adicionales (comparado con mantenerlos cerrados), seguidos de los gimnasios, hoteles y lugares de culto. El 80% de todas las infecciones estimadas provendría solo del 10% de establecimientos con más transmisión.

Los resultados también respaldan la efectividad de las políticas de control de aforos y su eficiencia. Por ejemplo, aforos al 20% redujeron las infecciones en más del 80%. La rebaja a la mitad del número de nuevas infecciones esperadas se lograba al establecer aforos de 35%.