Los grupos del arco parlamentario de Navarra coincidieron este lunes en trasladar su preocupación por el extremismo que se ha adueñado de la política madrileña. Y algunos de ellos, como son los casos de Geroa Bai, EH Bildu y Podemos, alertaron de las consecuencias que tendría un triunfo de la derecha en las elecciones que se celebran este martes.

La portavoz de EH Bildu, Bakartxo Ruiz, fue quien se mostró más alarmada ante lo que pueda ocurrir en Madrid, después de una campaña electoral que tildó de “vergüenza” por su “nivel de crispación” y “fascismo explícito, que ha mostrado su cara en toda su dimensión”.

Al respecto, Ruiz consideró que “sería nefasto” que el bloque de la derecha y ultraderecha alcanzase la mayoría, ya que esto “afectaría también a la política del Estado y, por ende, a Navarra”.

Inquietud compartida por María Solana, de Geroa Bai, quien reconoció la “preocupación alta” que le crea la polarización del debate madrileño, que sitúa a esta comunidad “justo en la dirección contraria a la que se debe recorrer y que necesita la sociedad hoy”, que es “seguridad, precisión, claridad y despojarse de ese grado de crispación tan elevado” ya que esto “amenaza al Estado de bienestar” por “intereses partidistas”.

Algo más “esperanzado” manifestó estar Mikel Buil ante la posibilidad de que “ni la derecha ni la ultraderecha puedan gobernar Madrid”. No obstante, el portavoz de Podemos también transmitió su preocupación por que “en el ámbito de la convivencia de todo el país el mensaje fascista se puede empezar a consolidar”.

Buil tampoco pasó por alto que tanto el PP como Vox “plantean una competencia desleal” en materia tributaria, algo que perjudicaría especialmente a Navarra por su Hacienda propia, “ya que pueden ocasionar graves problemas en los sistemas públicos de todo el país”, precisamente “quienes tanto defienden la unidad de España”.

Incluso el secretario general del PP de Navarra y ayer portavoz de Navarra Suma, José Suárez, habló de que “en Madrid ha habido una clara polarización de la campaña por partidos extremistas”.

“Esta radicalidad la tenemos que echar de la política”, señaló Suárez, quien cerró filas con “la gestión, la libertad y el liderazgo” de Díaz Ayuso, mientras dijo no comprender “el intervencionismo; ni el intentar manipular a los ciudadanos exagerando situaciones o amenazas”, que al menos reconoció que “son absolutamente rechazables, antes de criticar que en Podemos “tienen a personas próximas detenidas por violencia".

Menos valorativo se mostró Ramón Alzórriz, si bien el portavoz del PSN trasladó su deseo de que “Madrid se convierta en un bastión de la izquierda, del progresismo y del futuro” y expresó su confianza plena en que apueste por “el avance en derechos sociales”, fortalecer los servicios públicos, un futuro mejor para el empleo juvenil y por una “redistribución y justicia fiscal”. Un anhelo a años luz de las proclamas expresadas estos días por el PP.