El Parlamento ha aprobado la reforma de la Ley de Contratos Públicos para “agilizar los trámites” en la gestión de los fondos europeos y dotar de “mayor transparencia”. Una ley de carácter técnico que ha acabado dividiendo a los socios del Gobierno de Navarra después de que Navarra Suma y el PSN hayan retirado las referencias, simbólicas, al euskera de la normativa.

La reforma finalmente ha sido aprobada con la abstención de Geroa Bai y Podemos, muy críticos con la posición del PSN. Y ha sido celebrada con aplausos por los parlamentarios de Navarra Suma. La derecha, que inició el trámite de la ley criticando duramente la reforma del Gobierno, ha acabado facilitando su aprobación en lo que interpreta como una victoria política.

La ley había sido elaborada por el Gobierno foral para facilitar la inversión pública prevista con las ayudas europeas. Importantes cantidades de dinero que tienen plazos de ejecución limitados, por lo que hacía necesaria una actualización legal para eliminar burocracia. Pero ha acabado marcada por la política lingüística, cuestión en la que el PSN se ha vuelto a situar junto a la derecha.

Fue durante el trámite en comisión cuando Navarra Suma planteo una enmienda para eliminar la referencia al euskera en la ley de contratos públicos, argumentando que supone una discriminación. Una medida simbólica que buscaba “Incentivar la presencia del euskera en los servicios de atención al público” facilitando que “las personas trabajadoras que ocupen los puestos de atención al público puedan formarse en dicha lengua”. Su supresión ha sido apoyada por el PSN, que finalmente se ha quedado solo con el apoyo de Navarra Suma para aprobar el cambio normativo.

La actitud de los socialistas ha sido lamentada por sus dos socios de Gobierno, Geroa Bai y Podemos, que se han abstenido. Y también por EH Bildu, que ha votado en contra. “Se ha enmerdado todo y hemos acabado hablando de cuestiones que no tienen nada que ver con esta ley. Quiero dar la enhorabuena a Navarra Suma porque ha conseguido eliminar cualquier referencia al euskera”, ha reprochado Mikel Buil, parlamentario de Podemos.

En similares términos se ha posicionado Mikel Asiain, de Geroa Bai, que ha criticado que el PSN “haya participado una vez más en esa ceremonia de confusión en torno al euskera”, perdiendo una “oportunidad de oro de hacer pedagogía entre su propia militancia y entre sus votantes rompiendo con el repetitivo mensaje de la pasada legislatura en torno a la imposición del euskera, una de las lenguas propias de Navarra”.

Por su parte, EH Bildu ha advertido que aunque las referencias al euskera no eran vinculantes, su supresión va a dificultar el trabajo del Gobierno para garantizar los derechos lingüísticos de los ciudadanos cuando se relacionen con la Administración. “De nada sirve aprobar una normativa si luego no se dotan de herramientas para hacerla efectiva”, ha reprochado Arantza Izurdiaga.

No ha querido entrar en el fondo de la polémica el PSN, que se ha defendido alegando que "esa disposición adicional no aportaba absolutamente nada, no impone nada y no aporta nada para el fomento y conocimiento del euskera". Ainhoa Unzu ha reprochado además a sus socios que “pongan en peligro los plazos de ejecución de los fondos europeos".

La división de los socios del Gobierno se ha visto con alegría en la bancada de Navarra Suma, que no obstante ha mantenido sus críticas al PSN por el euskera. "Los partidos que siempre hemos defendido un modelo de Navarra sin imposiciones nacionalistas sumamos 31, pero el PSN solo hace gestos y sigue entregado en lo fundamental a Geroa Bai y a EH Bildu", ha asegurado Marta Álvarez, que no obstante ha aprovechado la eliminación de la enmienda para votar a favor de la ley y facilitar su aprobación. Y, de paso, abrir una grieta en la mayoría de Gobierno que no irá a más, pero que vuelve a incidir en su flaco débil, la política lingüística.