Segundo tramo de la entrevista con el periodista Jesús Cintora, donde hablamos de sus vivencias en Navarra, de la guerra en Ucrania, del compromiso de David Beriain y del ecosistema mediático actual.

Su libro alcanza incluso al estallido de la guerra en Ucrania. En un conflicto bélico se pone en marcha la maquinaria más brutal de una serie de poderes.

-En las guerras siempre pierde el pueblo, en este caso en Ucrania, pero las consecuencias también las paga el pueblo en otras partes del mundo. Al final hay una deriva con lo que está ocurriendo con el negocio del petróleo, del gas e incluso de las armas que acaba pagando el pueblo. Cuando se dice no a la guerra no es una frase vacía, está cargada de contenido. Sabemos que al final los que van a morir y los que pagan el pato siempre son los mismos.

En su periplo de presentaciones acude a Pamplona, que le habrá dejado la huella de haber pasado en ella sus años universitarios.

-Para alguien de Ágreda, en la frontera con Navarra, estar en la Comunidad Foral es como estar en mi casa, porque es la zona en la que he pasado buena parte de mi vida. Yo soy de una generación que hacía autostop para ir a Tudela, Cascante, Ablitas, Arguedas, Castejón, Ribaforada... Creíamos que íbamos a ligar más que en el pueblo, pero nos comíamos lo mocos. También viví en Pamplona, hice la carrera allí, y soy de una generación que escuchaba el rock que se hacía en Navarra o en el País Vasco, que está muy presente en la cultura de allí y en un pueblo como el mío.

Fue compañero de facultad de David Beriain. Su muerte le causó consternación y le sigue recordando, por ese compromiso periodístico hasta la propia vida.

-Sí, David fue compañero y amigo. Fue la persona con la que compartí algunos de los primeros pinitos en el periodismo. Recuerdo que empecé a hacer alguna cosita en Radio Pamplona, cuando la emisora estaba en Yanguas y Miranda, y uno de los primeros días me acompañó David Beriain con una cámara de fotos. Yo creo que es la primera foto que tengo delante de un micrófono. Es una persona con la que compartí inquietudes por la profesión y siempre está presente. Fue alguien que hizo un periodismo infinitamente más valioso que el de algunos como yo, porque se metía en sitios donde otros no nos hemos atrevido, pues tenía una vocación tremenda por contar lo que pasaba. Además he de decir que él llevaba a Navarra siempre en el corazón, y a Artajona, su pueblo al que nos llevó para verlo. Su muerte fue terrible. Yo estaba en directo en Televisión Española, me dijeron por el pinganillo que habían matado a un periodista español, y cuando me dieron el nombre fue terrible. De los peores momentos que he vivido en directo, un mazazo absoluto. Me gusta recordarlo como un ejemplo, de alguien que hizo lo que quería y que además lo hizo muy bien.

A modo de resumen: ¿En qué medida el ecosistema mediático influye en el político? ¿Qué papel juegan las redes sociales?

-Claro que hay una relación entre medios de comunicación, la política e importantes grupos empresariales. Ese es el mapa en el que estamos, negarlo sería hipócrita. Hay intromisiones que no son éticas, intereses y prácticas espurias. Eso es un factor que lleva también a cierto descrédito a veces de la profesión. El hecho de que haya gente en unas generaciones que consume la información cada vez más a través de otras vías relacionadas con las nuevas tecnologías, sin duda tiene que ver mucho con nuevos hábitos y medios, pero también mucho que ver con cierto descrédito que hay a veces en los medios, no quiero generalizarlo, porque hay gente que ve el plumero de que no se le cuenta la realidad como es o que pagan aquellos que lo cuentan. Eso no es bueno. Me ocurre permanentemente que me paran para decirme que no entienden por qué me quitaron de TVE. Yo tampoco, que se lo pregunten al que me quitó. Pero esa es la realidad. Que ocurra esto es tremendo y da que pensar. Y le cuento mi caso particular, pero hay otros muchos. Frente a eso creo que no hay que callarse. Algunos quisieran que otros estuviéramos ya callados para siempre. Pues no, mientras haya salud, hay que seguir adelante.

Al final del libro escribe: “Tampoco tenemos ni pajolera idea de lo que será la comunicación en los próximos años”. Propone “ser creativos”. ¿A qué se refiere?

-En este libro explico algo que me gusta contar en conferencias que doy. La mala noticia son las intromisiones y la precarización delperiodismo. La buena es que cada vez hay más espacios para la iniciativa propia y la imaginación. Las nuevas tecnologías te brindan terrenos para explorar un campo que está absolutamente todavía por conocer, donde cada uno puede aplicar su propio ingenio. Las nuevas tecnologías nos abren un escenario que no sabemos cómo va a ser. Incluso dentro de pocos años. Va a ir evolucionando de una manera tremenda. Por eso hago un llamamiento a quienes quieren ser periodistas para que tengan esa iniciativa. Por otra parte, aquellos que tienen la tentación y el hábito de callar bocas o de intentar poner puertas al campo, cada vez puede, no lo aseguro, que lo tengan más difícil.