“Hay chavales en los institutos que tienen muchas dificultades para encajar en el modelo educativo. Muchos terminan siendo un fracaso escolar cuando realmente tienen muchas capacidades”. Son palabras de Isa Osés, orientadora de la Fundación Ilundain Haritz Berri, que explica que, como respuesta a esto, surgieron las Escuelas de Segunda Oportunidad (E2O). Estas proponen, a través de diferentes programas educativos, prelaborales y de inclusión, un itinerario individual cuyo fin es el retorno de ese alumnado al sistema educativo reglado o bien el inicio en una vida laboral activa.

La Fundación Ilundain es la primera, y por el momento la única, entidad social navarra reconocida dentro de la Asociación de Escuela de Segunda Oportunidad, lo que supone que es reconocida como una entidad que apuesta por facilitar a jóvenes sin empleo y/o formación, un modelo pedagógico original basado en una formación innovadora a través de itinerarios personalizados, un refuerzo en competencias básicas y laborales, experiencias prácticas en vinculación con el mundo empresarial y un apoyo en demandas sociales con una especial atención a las personas más vulnerables.

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Entre los programas que entran dentro del modelo de Escuela de Segunda Oportunidad, están por un lado los Programas de Currículo Adaptado (PCA), orientados a alumnado que todavía está en edad escolar obligatoria (menos de 16 años), pero que, por distintos motivos -alto absentismo, conflictividad...- se ve que es muy difícil que puedan terminar la ESO dentro de esa metodología que hay en los institutos. “Es algo más adaptado a las necesidades de ese alumnado”, apunta Osés. Una vez terminan con ese curso, se les ofrece pasar a la FP Básica, a la que también puede acceder cualquiera que haya cumplido 15 años.

La mochila emocional’ Osés explica que esas situaciones, en la que los alumnos no encajan en sus institutos, “repercuten en la autoestima y el estado emocional de estos escolares”. “Vienen muchos chavales con una autoestima bajísima, con mucha ansiedad. Aquí se intenta revertir eso y que vean que tienen muchísimas capacidades”.

Para ello, Osés pone en valor el modelo educativo que utiliza Ilundain, “mucho más individualizado en cada alumno”. “Nos centramos en las necesidades de cada uno. También tenemos muchos talleres, mucha formación práctica, por lo que es un paso tanto hacia la vida laboral como a proseguir con el estudio”.

Esa atención es una de las claves que explican que alrededor del 75% de los chicos y chicas que entran en Ilundain, chicos y chicas que hasta ese momento únicamente habían experimentado frustración con sus estudios, acaben continuando con un grado medio, o bien entrando directamente a trabajar tras su paso por el centro.

“Consideramos dentro del porcentaje de éxito tanto que se sigan formando como que se inserten en el mundo laboral”, explica Osés. “El resto son chavales que o han abandonado durante el itinerario o están en paro y no siguen formándose. Con estos últimos se hace una orientación, que se hace con todos pero con estos es más intensa, para la inserción laboral o para la formación, durante un año o un año y medio”, explica la orientadora.

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Un seguimiento individualizado Ese seguimiento individualizado a cada alumno, incluso tras terminar los cursos, es una de las claves del éxito del modelo de las Escuelas de Segunda Oportunidad. Toni Iragi, director de programas formativos de Fundación Ilundain, explica que ese seguimiento está basado en dos claves. En primer lugar, está “la vinculación con el alumnado”. “Cada chico o chica tiene una persona de referencia, que les hace el acompañamiento durante todo el curso. Es algo clave, que el chaval vea que tienen a alguien de confianza que apuesta por él y al que poder recurrir”, explica.

Por otro lado, está el método de evaluación. Ilundain huye de un modelo tradicional para optar por una evaluación continua, “Nosotros no hacemos exámenes a final de curso, creemos que no demuestran nada, sino que después de cada sesión se evalúa. Así se va viendo el proceso. En la evaluación final, trabajamos no tanto en torno a un curriculum de contenidos, que también es una parte, sino en torno a competencias clave”, manifiesta el educador.

Por último, y consciente de que hay familias que tienen prejuicios a la hora de llevar a sus hijos a Ilundain, Iragi manifiesta que a estas siempre les dicen lo mismo: “Ven a verlo, te explicamos y luego decides. Cuando una familia ve que su hijo no va a pasar a 3º de la ESO, que se está quedando cada vez más atrás, con lo que eso supone en cuanto a autoestima, y ver que vienen aquí y a los dos años están en prácticas en empresa, o planteándose hacer un grado medio... Esto funciona”, sentencia.

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FP Básica

Especialidades. En Ilundain se ofertan tres especialidades: Agrojardinería y composiciones florales, Reforma y mantenimiento de edificios y, a partir del próximo curso, Carpintería y mueble.

Titulación. Con la FP Básica se obtiene el título profesional de nivel 1 en esas especialidades, además del título de la ESO.

Itinerario. Cada una de ellas se compone de módulos de formación básica, comunes a todas -Comunicación y sociedad, Ciencias aplicadas-, y módulos específicos de cada especialidad. Además, en segundo curso hay 240 horas de formación en centros de trabajo.

Opciones al terminar. Al finalizar la FP Básica puede pasar a un grado medio, a las escuelas-taller (a través del Servicio Navarro de Empleo), donde se puede seguir obteniendo certificados de profesionalidad, o al mercado laboral.