El Gobierno de Navarra ha dado su visto bueno a la ley que tramita el Parlamento para implantar peajes a los camiones en cinco vías navarras, las cuatro autovías (A-1, A-15, A-68 y A-10) y la carretera Pamplona-Behobia (N-121-A). El Ejecutivo foral prevé ingresar así 40 millones al año, que irán a financiar el mantenimiento de carreteras.

El apoyo del Gobierno a la ley no deja de ser un formalismo. Un paso previo imprescindible, pero que no es vinculante. No obstante, aunque la reforma ha sido registrada por los grupos parlamentarios PSN, EH Bildu, Podemos e I-E (Geroa Bai no firma la ley pero facilitará su aprobación), el texto ha sido redactado por el propio Ejecutivo autonomico, que por esta vía pretende acelerar los plazos de tramitación.

No hay plazos por ahora para su implantación, pero según las estimaciones que maneja el propio Ejecutivo foral, algunas vías podrían empezar a cobrar el canon a los vehículos pesados a partir de finales de este año o principios de 2023. "Hay un déficit estructural que requiere tomar medidas", ha subrayado el portavoz, Javier Remírez.

El Gobierno argumenta así que la gran mayoría de las inversiones previstas en los últimos años para la mejora y el mantenimiento de las carreteras no se han realizado, y que existe una necesidad de inversión que cifra en más de 250 obras con un presupuesto estimado de 1.300 millones.

El propuesto, señala el Ejecutivo, "es limitado" y la "prioridad" está ahora en "el mantenimiento del Estado del bienestar y los servicios públicos", por lo que los peajes se han considerado la mejor opción financiera. Remírez ha destacado además que el 90% de los transportistas que transitan por estas vías son de fuera de Navarra, y que este sistema de peajes es una exigencia de la Unión Europea que también se aplica en el resto de países.