- El tiempo va pasando, los plazos se van ajustando y el futuro congreso del PP en Navarra se pone cada vez más interesante. Un mes después de la llegada de Feijóo y con la renovación de varias agrupaciones territoriales en ebullición -la semana pasada fue la elección de Ayuso en Madrid-, los posibles candidatos en Navarra miden con cautela sus posibilidades para hacerse con el puesto de presidente de uno de los partidos que va a ser clave en el espectro político de la derecha en las próximas elecciones forales de 2023. Y en ese juego de discretos movimientos la primera en soltar el globo sonda ha sido la actual presidenta del PP foral, Ana Beltrán, que ha conseguido un permiso especial que le permitiría volver a presentarse a la reelección y para este lunes ha convocado una rueda de prensa en Pamplona para analizar asuntos de actualidad.

Parecía que la caída de Casado iba a arrastrar a la diputada, que llegó a Madrid gracias al expresidente del PP. Con él fue número tres en el partido y formó parte del equipo del señalado Teodoro García Egea. Pero a diferencia de otros casadistas que sí entendieron que estaban manchados como para ser parte de una nueva etapa -como Pablo Montesinos, que dimitió-, Beltrán ha permanecido agazapada y está más viva que hace dos meses: tiene asiento garantizado en la Ejecutiva de Feijóo y, desde el martes, cuenta con el permiso que necesitaba -y que no tenía hasta ahora- para compatibilizar su cargo de diputada con el de presidenta del PP de Navarra.

Hay que recordarlo: los estatutos del PP no permiten ser al mismo tiempo diputado en el Congreso y presidente del partido a nivel local. Este periódico lo publicó en abril de 2021 y a Beltrán no le quedó más remedio que reconocer que, en caso de querer volver a presentarse, tendría que pedir un permiso especial.

Pues bien, ya tiene ese permiso. Lo anunció el martes en un comunicado de cuatro líneas.

Teniendo en cuenta que Beltrán incumplía los estatutos del partido desde abril de 2019, qué mas le daba incumplirlos un mes más, si total no se iba a presentar y ya iba a dejar automáticamente de estar en contradicción con las normas que ella misma tenía que hacer cumplir cuando era vicesecretaria de Organización cuando tomara posesión un nuevo presidente. El anuncio de la obtención del permiso alimenta la posibilidad de que Beltrán quiera optar a la reelección, para la que hace unos meses estaba descartada: había caído Casado y hasta el histórico Jaime Ignacio del Burgo había salido públicamente a pedir a Beltrán que se quitara de enmedio, porque además de incumplir los estatutos ya carecía de legitimidad para los afiliados navarros.

La autorización es uno de esos movimientos discretos para un congreso que en teoría se va a celebrar en las próximas semanas. En principio, se dijo que para junio. Pero los plazos irían muy justos y ya se habla del sábado 2 de julio, aunque los tiempos irían bastante pillados. Es uno de los efectos de que el relevo no esté claro.

Los otros dos nombres que suenan para la sucesión son los de los parlamentarios Javier García y José Suárez. Suárez, en principio, está peor situado. García, sin embargo, es una opción más blanca: un perfil más joven que no está manchado por gestiones anteriores como sí lo está Beltrán, y que tiene más contacto con el día a día de la agrupación navarra.

Ninguno ha dado un paso todavía. Beltrán dará hoy una rueda de prensa. Será interesante ver qué dice. Porque el PP será una de las claves en 2023. Su presidente tendrá voz en el futuro de la coalición Navarra Suma y su sigla es una pieza de alto valor -por raigambre y tirón estatal- en un tablero con muchos competidores, con Vox y la plataforma de Sayas y Adanero en el horizonte.