Bruselas - Al final la Unión Europea ha logrado la ansiada unidad que tanto ha perseguido a lo largo de los dos últimos años y que ha peligrado durante las últimas horas, cuando el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, amenazó con hacer cancelar la cumbre si no se cumplían las exigencias españolas en el asunto de Gibraltar. Finalmente, el sábado se conseguía cerrar filas y apuntalar el acuerdo negociado por Michel Barnier, negociador jefe de la Comisión Europea para el brexit.

A las diez y media de la mañana de ayer, los Veintisiete daban luz verde al Acuerdo de Salida, un documento de 585 páginas que recoge todos los elementos del divorcio, y también la Declaración Política de relaciones futuras, que establece las bases de la futura negociación de un acuerdo comercial con el Reino Unido. Por último, se adoptaron unas conclusiones en las que brindan por el trabajo de Barnier a cargo de las negociaciones. Anexas a esas conclusiones se aprobaron una serie de aclaraciones que buscan despejar las dudas de un par de Estados miembros, de forma destacada una declaración sobre la pesca, que era exigida por Francia, y dos apartados dedicados a Gibraltar y exigidos por España para dar luz verde al paquete entero. Estas exigencias españolas han levantado malestar en los demás Estados miembros, según explicaba una fuente diplomática.

La UE da así carpetazo a una dura negociación, que en muchos momentos ha estado en el alambre, a punto de dirigirse hacia un no acuerdo y siempre haciendo peligrar el puesto de trabajo de Theresa May, primera ministra británica. Pero el proceso no termina aquí. Ahora queda seguramente uno de los momentos más complicados: May tiene que conseguir que su Parlamento apruebe este acuerdo, lo que es un reto extremadamente difícil. “Logramos el mejor acuerdo posible, como se ha reiterado hoy, es el mejor acuerdo disponible y es un buen acuerdo para el Reino Unido” porque “protege la integridad del país entre otros aspectos”, dijo May en un rueda de prensa al término de la cumbre.

A día de hoy, la primera ministra no cuenta con los números necesarios para conseguir que el texto pase por la Cámara de los Comunes. Y de ser rechazado este texto se abre un periodo de total incertidumbre.

Los líderes de la Unión Europea insistían ayer, a su entrada en la reunión, en una idea básica: este es el mejor acuerdo al que puede aspirar el Reino Unido. Entre otros así lo señaló Jean-Claude Juncker -presidente de la Comisión Europea-, quien dijo que no hay espacio para mejorar la oferta que Londres ha recibido. Pese al apoyo político de los Veintisiete, Juncker consideró que la salida del Reino Unido de la Unión “no da lugar a sacar el champán ni a aplausos. El brexit es un momento triste para la UE y, quiero decirlo, para el Reino Unido también. El futuro demostrará esto”, resaltó.

Sin embargo, puede que estos avisos no sean suficientes para que May se gane la confianza de la cámara. La primera ministra cuenta con los votos en contra de una parte de su propio partido, el núcleo duro de los euroescépticos, y quizás cuente también con los votos en contra de los euroescépticos más moderados. Además, la jefa de Gobierno contará seguramente con los votos en contra del DUP, el partido unionista norirlandés, y de la gran mayoría de la bancada Laborista. De hecho, Arlene Foster, la líder DUP y socio del Gobierno británico, afirmó ayer que “bajo ninguna circunstancia” su partido votará a favor del acuerdo del brexit en la Cámara de los Comunes.

Por su parte, el líder de la oposición británica, el laborista Jeremy Corbyn, calificó el acuerdo de “malo” para el Reino Unido. “Este es el resultado de un miserable fracaso en las negociaciones que nos deja con lo peor de ambos mundos”, manifestó el político en un comunicado.

La estrategia de May pasa por hacer un llamamiento a la responsabilidad. De esa forma quizás pueda arrancar los diputados laboristas que necesita para equilibrar la balanza. En cualquier caso su cesión en Gibraltar durante las últimas 24 horas podría complicarle la vida a la jefa de Gobierno.

Si la primera ministra logra que este acuerdo sea aprobado, algo que hoy por hoy parece difícil, el Reino Unido abandonará la UE de forma ordenada el 29 de marzo de 2019. Entonces, tocará negociar las relaciones futuras entre Londres y el bloque comunitario, y estas conversaciones no van a ser para nada fáciles.

“Un día triste” A su llegada a la reunión, Juncker aseguró que se trata de “un día triste”, un comentario con el que coincidieron muchos otros líderes, Sánchez entre ellos. “Hemos logrado una obra maestra diplomática”, señaló la canciller alemana, Angela Merkel. “Este es un día histórico, que deja sentimientos encontrados”, apuntó en rueda de prensa la germana, que calificó de “trágico” que el Reino Unido deje la UE. “Solo podemos ser fuertes si defendemos nuestros intereses juntos (...) Por supuesto que es una separación”, recordó Merkel. “Las relaciones serán las de la Unión Europea con un tercer país: es una separación, pero para los ciudadanos tratamos de hacerlo lo mejor posible”.

Por su parte, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, aseguró que quienes prometieron a los británicos que el Reino Unido ahorraría “unos cientos de millones” con el brexit les “mintieron”, a tenor de que el saldo del acuerdo de salida será favorable a la UE en unos 50.000 millones de euros. “Los que les dijeron que les permitiría ahorrar unos cientos de millones de libras, les mintieron”, declaró ayer Macron.