Más de un millón de personas acudieron ayer a la marcha organizada por People’s Vote en el centro de Londres para pedir la celebración de un segundo referéndum sobre el brexit, cuya participación la situó a la par de la marcha más grande del siglo, la celebrada para detener la Guerra de Irak en 2003.

Un portavoz de la campaña People’s Vote reconoció que “era casi imposible poner una cifra exacta del tamaño de esta inmensa multitud”, en una marcha donde predominaban los colores azul y amarillo de la Unión Europea y con un público de todas las edades.

Bajo el lema Put it to the people march (Pon el brexit en manos de la gente), se inició en la céntrica calle Park Lane, pasando por Green Park, Picadilly y Trafalgar Square, para terminar en la plaza del Parlamento. Mientras, fuentes de Downing Street negaron las informaciones publicadas en el periódico The Times de que se están llevando a cabo discusiones sobre un calendario para que la primera ministra renuncie.

Al finalizar el recorrido, en la plaza del Parlamento británico tuvieron lugar las intervenciones de los organizadores, entre los que no faltaron la líder del SNP escocés y ministra principal en Escocia, Nicola Sturgeon, y el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan.

críticas El alcalde de Londres, defensor de la permanencia en el bloque común, fue el primero en tomar la palabra, citando cómo el “enfoque caótico y confuso” de May ha llevado al fracaso, por lo que no hay otra opción que votar de nuevo. “No queda tiempo para más negociaciones. Y la primera ministra ha desperdiciado la buena voluntad de nuestros vecinos europeos con su enfoque caótico y confuso. Los que querían ayudarnos a conseguir un buen trato para ambas partes ahora solo quieren que el proceso finalice”, lamentó el laborista.

Para Khan, los británicos ya están pagando el precio por el fracaso de May. “La incertidumbre que ha creado deliberadamente al representar su partido antes que a su país ha tenido un coste: “La inversión empresarial ha disminuido y casi todas las semanas otro fabricante importante advierte que están reduciendo la producción en Reino Unido”. Para el alcalde de la capital británica, las opciones que quedan sobre la mesa son “espantosas”: el acuerdo de May “destruirá las oportunidades para la próxima generación” o “un brexit catastrófico sin acuerdo”.

En el caso del número dos del Partido Laborista británico, Tom Watson, subió al escenario en la plaza del Parlamento pidiendo un voto popular para reunir al país y decidir el futuro juntos. Además, reconoció el fracaso laborista pese a los esfuerzos por “dejar de lado las diferencias de los partidos” y negociar un acuerdo mejor que pudiera satisfacer a todos.

Watson le dijo a Theresa May cómo ella con frecuencia afirma que habla por el Reino Unido: “Mire por la ventana, primera ministra. Abre tus cortinas, enciende tu televisor, mira a esta gran multitud. Aquí están las personas”. El laborista terminó su discurso diciendo que la única forma de resolver la crisis era reconocer que “estamos todos juntos en esto”, alegando que la primera ministra ha perdido el control, por lo que es la hora de que los ciudadanos retomen el control.

En el caso de la líder del SNP escocés, instó a las personas a asegurar una extensión más prolongada del proceso, para que dé tiempo a la celebración de un nuevo referéndum. “Este es ahora el momento de máxima oportunidad: tenemos que evitar tanto la catástrofe del salir sin acuerdo como el daño causado por el mal acuerdo de la primera ministra”, puntualizó Sturgeon, para quien la decisión de la UE de posponer las cosas hasta, al menos el 12 de abril, ha abierto una ventana en la que los que se oponen al brexit deben aprovechar la oportunidad que ofrece.

La campaña By Donkeys, que publicó los tuits de políticos en el período previo al referéndum en carteles publicitarios por todo el país, desplegó ayer una pancarta gigante en Westminster con un tuit del exministro del brexit, David Davis, en el que escribió: “Si una democracia no puede cambiar, deja de ser una democracia”.

Firmas Más de 200 autobuses, el doble que para la marcha de hace cinco meses, llevaron a Londres a personas de todo el país. En paralelo a esta convocatoria, más de cuatro millones de personas han firmado ya una petición al Gobierno en la que piden que se revoque el Artículo 50 del Tratado de Lisboa y que se cancele el brexit. La petición es ya la más firmada de la historia y el Ejecutivo tendrá que darle respuesta. Su creadora, Margaret Georgiadou, explicó ayer que recibió “tres amenazas de muerte por teléfono” y un “torrente de abusos” en Facebook.