pamplona - Las condiciones de hacinamiento de más de 300 menores inmigrantes en un centro de Texas han provocado una ola de indignación en Estados Unidos que pone contra las cuerdas al Departamento de Fronteras. La creciente presión sobre los recursos públicos llevó al principal funcionario de control fronterizo a anunciar su dimisión el 5 de julio como comisionado interino de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza. Según el Washington Post, Trump planea nombrar a Mark Morgan, director interino de Inmigración y Control de Aduanas, para reemplazar a Sanders.

La visita de una ONG al centro de Texas, situado a unos 30 km al sureste de El Paso, mostró varias irregularidades, entre ellas el hacinamiento de los internos y la falta de higiene y atención médica en las instalaciones. Ya el pasado mes de mayo, la inspección del propio departamento alertaba de una “superpoblación peligrosa” de dicho centro. En él se encontraron con 900 inmigrantes en un lugar diseñado para 125 personas. En una celda para 35 personas había 155.

Un equipo de abogados de dicha ONG tuvo acceso la semana pasada a las instalaciones, pudiendo entrevistar a unos 50 menores para comprobar si se cumplían o no las condiciones legales de detención. La mayoría de los niños no se habían cambiado de ropa desde su llegada, algunos no podían dormir por hambre, otros duermen en el suelo con mantas... No existen para ellos los cepillos de dientes, el jabón o el acceso a baños. Al menos 15 tenían gripe y otros estaban en cuarentena por cuestiones médicas. Warren Binford, una de las abogadas, dijo a The New Yorker que los niños les explicaron que nadie se hacía cargo de los más pequeños. “Los guardias preguntan a los niños más mayores: ‘¿Quién quiere hacerse cargo de este pequeño? Y traen a un niño de dos o tres años”.

Casi todos los menores tienen padres o familiares en EEUU que podrían hacerse cargo de ellos, según estos abogados. Cerca de 250 niños fueron trasladados de Clint el lunes, pero un funcionario de la CBP dijo el martes que unos 100 estaban siendo enviados de regreso a la estación denunciada “debido a falta de espacio para camas en los refugios y fondos insuficientes para expandir las instalaciones diseñadas para niños”, según declaró un funcionario fronterizo citado por la prensa.

Por su parte, una investigadora de Human Rights Watch (HRW), Clara Long, contó que vio “un niño de tres años con el pelo enmarañado, tos seca, pantalones embarrados y ojos que se cierran por el cansancio”.

Desde mediados de octubre de 2018. miles de migrantes llegaron a México en caravanas buscando cruzar la frontera de México con EEUU. Una crisis migratoria que generó tensiones entre ambos países. A finales de mayo, el presidente estadounidense Donald Trump presionó a su homólogo vecino con posibles aranceles a todos los productos mejicanos si este país no ayudaba a frenar el flujo migratorio.

preocupación interesada Este martes, Trump dijo a los periodistas que estaba “muy preocupado” por las condiciones en los centros de internamiento e instó al Congreso a aprobar una financiación de emergencia para operaciones en la frontera con México. Una preocupación que mostró después de que el país vecino acordase reforzar su frontera su y norte.

El jefe del Ejército de México, Luis Cresencio Sandoval, informó que al menos 15.000 soldados y la Guardia Nacional han sido desplegados en el norte del país para detener el flujo de migración ilegal. Además, 6.500 miembros de las fuerzas de seguridad han sido enviados a la zona sur de la frontera de México con Guatemala, donde entran un gran número de migrantes, en el norte se encuentra un contingente más, según Sandoval.

El ex secretario general del Centro de Investigación y Seguridad Nacional de México Gustavo Mohar señaló ayer que las fuerzas de seguridad del país no habían sido utilizadas de esta manera antes y lo calificó como “triste”. Trump celebró que México “por primera vez en 50 años” está ayudando a Estados Unidos a evitar el cruce de fronteras. El gobierno ha solicitado más fondos para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y los departamentos de Defensa y Seguridad Nacional.

Sin embargo, los continuos intentos de frenar la caravana de inmigrantes no dan buenos resultados para ninguna de las partes. El Paso se ha convertido en la zona cero de la inmigración irregular con cientos de familias que se presentan cada día a pedir refugio y desbordan un frágil sistema de acogida. El drama que viven a diario centenares de personas en la frontera entre EEUU y México quedó plasmado en la fotografía de los cuerpos sin vida de un padre y una hija a orillas de Río Bravo, a 500 metros del lugar donde la madre de la menor perdió su pista.

conmoción mundial La tragedia de Óscar y Valeria Martínez, un hombre salvadoreño y su hija de un año y 11 meses, ahogados ha llevado al gobierno municipal de Ciudad Suárez pidió a los migrantes que eviten cruzar el río Bravo a través de un vídeo que alerta de los peligros que supone tomar esa vía para alcanzar el país vecino. “Amigo migrante, no dejes que la búsqueda de tus sueños se vuelva una pesadilla, no te arriesgues a cruzar la frontera por el río Bravo”, se escucha decir a una voz en el vídeo, difundida en redes sociales. La potente imagen recuerda la foto de 2015 de Aylan, un niño sirio de tres años que huía de la guerra en su país, ahogado en una playa turca. La fuerza de la imagen ha provocado la misma repercusión que en aquella ocasión.

En esa zona del río Bravo, al menos una persona al mes muere ahogada intentando llegar a Estados Unidos, cuenta Pineda-Jácome. Solo el año pasado fallecieron 283 personas mientras intentaban cruzar la frontera. En la última semana, un total de nueve personas, entre ellas cuatro niños, han sido encontradas sin vida en la frontera con Texas. Una crisis migratoria que sigue contando víctimas. - D.N.