WASHINGTON - El presidente de EEUU, Donald Trump, ha anunciado que su asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, le ha presentado su dimisión a petición suya por las desavenencias constatadas con él. “Anoche informé a John Bolton de que sus servicios ya no son necesarios en la Casa Blanca”, informó Trump en su Twitter, precisando que le pidió que renunciara y este le ha presentado su dimisión “esta mañana”. “Estaba en fuerte desacuerdo con muchas de sus sugerencias, al igual que otros (miembros) de la Administración”, justificó el mandatario, que puso a Bolton en el cargo en abril de 2018. El tercero en ocupar el puesto desde que Trump llegó al poder en enero de 2017 tras Michael Flynn y Herbert McMaster ha logrado un hito en la Casa Blanca: desesperar al presidente con su beligerantes posiciones sobre Corea del Norte, Venezuela o Irán.
Bolton, de 70 años, llegó como un “halcón” militarista y se va tras reafirmar el apelativo. “Tiene fuertes posiciones respecto a las cosas, pero eso está bien. De hecho, suavizo a John, lo que es bastante sorprendente”, afirmó Trump con ironía a los periodistas en mayo. Pese al acercamiento con Pionyang y las históricas cumbres de Trump con el líder norcoreano, Kim Jong Un, Bolton ha seguido defendiendo la mano dura con Corea del Norte y se le ha acusado de torpedear las negociaciones. Con Irán, dejó entrever en varias ocasiones la posibilidad de acciones directas contra Teherán; y sobre Venezuela, apareció en una ocasión con un libreta a la vista en la que aparecía escrito el número de tropas que podrían desplegarse en la frontera de Colombia de cara a una hipotética intervención militar. En Latinoamérica es responsable, además, de acuñar el término la “troika de la tiranía”, en referencia a Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Antes de entrar al Gobierno de Trump, Bolton ya era una figura polémica en Washington, ya que en 2006 tuvo que abandonar su cargo de embajador estadounidense ante la ONU después de apenas 14 meses, debido a la negativa del Senado a confirmarle definitivamente para ocupar el puesto. Bolton fue, además, uno de los promotores del falso argumento sobre las armas de destrucción masiva que llevó a la invasión de Irak en 2003.
Pero el combativo exdiplomático, que ha sido comentarista frecuente en la cadena de televisión favorita de Trump, Fox News, logró finalmente en marzo de 2018 ponerse al frente del Consejo de Seguridad Nacional, el órgano de la Casa Blanca encargado de centralizar la política exterior y de seguridad de EEUU y asesorar al presidente al respecto.
Curiosamente, el rasgo físico más distintivo de Bolton, su poblado bigote blanco, es también el que retrasó supuestamente su entrada en el Gobierno: según informaciones de prensa, al presidente no le gusta el vello facial, y ese fue un factor importante a la hora de descartarle en anteriores ocasiones como posible secretario de Estado. Detrás del icónico bigote se encuentra un ideólogo ultraconservador, un vehemente defensor del “interés nacional” y un conocido crítico de la Corte Penal Internacional y de las Naciones Unidas: en 1994 dijo que “no pasaría nada” si desaparecieran diez pisos del edificio de la ONU en Nueva York.
En 2001, se convirtió en subsecretario de Estado para el control de armas, un cargo que cobró peso en la antesala de la invasión de Irak porque la justificación de Bush para atacar se centró en la supuesta posesión de armamento químico y biológico por el régimen de Sadam Huseín, que luego no se encontró. “Estamos seguros de que Sadam Huseín ha escondido armas de destrucción masiva”, dijo Bolton en 2002. Bolton abrazó la teoría del “eje del mal” sobre Corea del Norte, Irán e Irak, y presionó al Departamento de Estado y la CIA para despedir a quienes no validaran las acusaciones más radicales contra esos países. - D.N.