Londres - El primer ministro británico, Boris Johnson, defendió ayer lunes su agenda legislativa para después del Brexit, detallada en el Discurso de la Reina, entre críticas de la oposición de que ha usado a Isabel II para hacerse propaganda electoral. A instancias del Gobierno, la monarca expuso ayer las prioridades del Ejecutivo en el tradicional acto de apertura del Parlamento, que el Partido Laborista tildó de “farsa” y “montaje electoralista” por parte de Johnson con vistas a unas posibles elecciones anticipadas. Al carecer de mayoría parlamentaria tras la pérdida de numerosos diputados, es improbable que el líder conservador llegue a impulsar los veintiséis proyectos de ley incluidos en el Discurso, entre los cuales destacan el de salida de la Unión Europea (UE) y un nuevo sistema de inmigración. El primer ministro, que llegó al poder en julio sin pasar por las urnas, reclama unos comicios generales, pero la oposición ha dicho que solo los apoyará cuando quede descartado de facto un Brexit sin pacto el 31 de octubre.

A sus 93 años, Isabel II presidió desde el trono en la Cámara de los Lores la ceremonia de apertura del nuevo periodo de sesiones, a la que asistieron el príncipe Carlos y su esposa, Camilla; Stanley Johnson -padre del primer ministro- y la novia de este, Carrie Symonds. Como marca la tradición, Isabel II abrió el nuevo curso legislativo con la lectura de las prioridades del Ejecutivo, que incluyen el proyecto de ley del Brexit y un nuevo sistema de inmigración por puntos que sustituya la actual libertad de movimiento de los ciudadanos comunitarios.

Al defender después su programa legislativo en la Cámara de los Comunes, que deberá votarlo en un máximo de seis días, Johnson instó a “cumplir” la salida de la UE en el plazo previsto y prometió convertir al Reino Unido “en el mejor lugar de la Tierra” después del Brexit. Afirmó que potenciará una economía “con mucho comercio e impuestos bajos”, con el objetivo de “crear una nueva era de oportunidad” para los británicos.

“programa que no puede cumplir” Antes de su intervención, el líder laborista, Jeremy Corbyn, tildó de “propaganda electoral” el Discurso de la Reina y criticó al primer ministro por organizarlo a sabiendas de que “no puede cumplir” la agenda anunciada por carecer de una mayoría parlamentaria.

Si al final los Comunes rechazan el Discurso -lo que dependerá sobre todo de los antiguos diputados conservadores expulsados de su partido- Johnson podría decidir dimitir o la oposición plantear una moción de censura, entre otras opciones, lo que eventualmente desembocaría en unas elecciones.

En todo caso, el jefe del Ejecutivo ha convocado para el próximo sábado una sesión extraordinaria en la cámara baja, cuando se prevé o bien que someta a votación un posible pacto negociado con Bruselas en el Consejo Europeo de los días 17 y 18 de octubre o bien que presente otras alternativas.

El portavoz laborista del Brexit, Keir Starmer, avisaba de que, de conseguir un pacto, su partido pedirá que se vote en un referéndum popular junto con la opción de permanecer en la UE. Si, en cambio, no hay acuerdo, presionará a Johnson para que pida al bloque una prórroga de las negociaciones, algo que, hasta ahora, el primer ministro rechaza hacer. El líder conservador mantiene que sacará al país de la UE aunque sea sin tratado a finales de mes, a pesar de que hay una ley británica que se lo impide.

Insiste, no obstante, en que su preferencia es lograr un pacto de salida con los Veintisiete, y la semana pasada hizo una propuesta sobre la que ahora negocian contrarreloj los equipos británico y comunitario. Johnson ha planteado un mecanismo para sustituir la salvaguarda destinada a evitar una frontera física en la isla de Irlanda después del periodo de transición posterior al Brexit, principal obstáculo para la aprobación de un tratado.

Su plan inicial, que fue rechazado por Bruselas y Dublín, contemplaba mantener a Irlanda del Norte parcialmente alineada con las normas de Irlanda y el mercado único, pero fuera de la unión aduanera comunitaria, lo que inevitablemente obligaría a poner controles.

Otro punto en disputa era que otorgaba a la Asamblea autonómica norirlandesa, suspendida desde 2017 por discrepancias entre los partidos, poder de veto sobre el régimen que se aplica a la provincia británica.

Se entiende que en una reciente reunión con el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, Johnson planteó posibles cambios que permitirían avanzar en las negociaciones. Tan convencido está el líder tory de que su Gobierno sobrevivirá, posiblemente con una victoria electoral a corto plazo, que su ministro de Economía. Sajid Javid, anunció este lunes que presentará el presupuesto del Estado el próximo 6 de noviembre, el primero tras la previsible salida del Reino Unido de la Unión Europea, fijada para el 31 de octubre. “El 6 de noviembre voy a presentar el primer presupuesto del Reino Unido después del Brexit, exponer nuestro plan, dar forma a nuestra economía y llevar a cabo una revolución de infraestructura”, señaló Javid en su cuenta de la red social Twitter.