Amy Siewe "ama" a las serpientes desde que era niña, pero está contratada para erradicar a las pitones de la reserva natural de los Everglades, en el sur de Florida, y ella sola ha acabado con alrededor de un centenar, según cuenta poco antes de una noche de cacería.

"Siempre he sentido una loca fascinación, una obsesión, por las serpientes, no sé por qué", dice Siewe. La cita con élla, natural de Indiana, es en una de las entradas al enorme humedal de los Everglades al caer la tarde. Es la mejor hora para dar con estos escurridizos seres que, según dice, han acabado con el 90% de los mamíferos autóctonos de la reserva, a la que élla accede por una barrera rodeada de señales metálicas comidas por agujeros de bala.

Para encontrar a las pitones recorrerá incansablemente durante horas en su camioneta, manejada por su "prometido" y dotada de focos en el techo, los terraplenes que parten las aguas del enorme humedal.

Amy apareció recientemente en la prensa por la captura de una pitón de 5,7 metros de largo y 50 kilos como parte del Programa de Erradicación de Pitones del Distrito de Gestión del Agua del sur de Florida.

Antes de eso, en su canal de YouTube había publicado varios vídeos acerca de las serpientes y sus encuentros con algunos de estos animales. En uno de ellos enseña cuatro formas de cazar una pitón en 3,5 minutos.

Aunque después de capturarlas vivas, las mata, se preocupa de que sufran lo mínimo. Cuando habla del enorme daño que causan al ecosistema de los Everglades las especies invasoras como las pitones, dice: "No tienen la culpa de estar aquí".

UN GRAN TRABAJO POR HACER En los tres años que el Programa de Erradicación de Pitones lleva en funcionamiento los cazadores contratados han eliminado a 5.000 ejemplares, según informó la Comisión de Conservación de la Pesca y Fauna Salvaje de Florida (FWC) la pasada semana.

Según dice Amy, aunque cobra por cazar pitones, la razón principal que la trajo a Florida y al programa no es el dinero, sino ayudar a resolver un "gran problema" para el que por ahora no hay otra solución que la que brindan los cazadores.

"Me gustaría que hubiera otra manera", dice Siewe, quien concluye señalando el enorme trabajo que queda por hacer en los Everglades.