- Al menos quince personas murieron ahogadas ayer al naufragar un bote neumático que había lanzado una llamada de socorro a la mañana, poco después de salir de la playa y a escasos ocho kilómetros de la costa de Libia, informó la Organización Internacional de las Migraciones (IOM). Según esta organización, el resto de los pasajeros -95 migrantes procedentes de diversos países- fueron rescatados por una patrullera de la Guardia Costera del oeste de Libia y retornados a puerto pese a que el país norteafricano está considerado “un puerto no seguro”. “Estamos atendiendo a los supervivientes, la mayoría de ellos con hipotermia y quemaduras por la combinación de agua salada y gasolina. Dicen que han quedado quince cadáveres en el mar”, explicó una fuente de la IOM.

De acuerdo con el protocolo, una vez que los migrantes reciban los primeros auxilios serán trasladados a centros de detención controlados por las milicias que colaboran con el gobierno sostenido por la ONU en Trípoli.

Según la ONG Alarm Phone, que observa el tránsito migratorio en la ruta del Mediterráneo Central, los migrantes enviaron un mensaje de socorro poco antes de la madrugada en el que ya advertían que el bote había comenzado a perder aire y que varias personas habían caído al agua. Seis horas después la Guardia Costera libia aún no había salido de puerto pese al aviso lanzado.

Esta semana, la citada guardia costera interceptó a más de 200 personas que pretendían cruzar el Mediterráneo de forma irregular a bordo de un embarcación precaria y los devolvió a puerto. Desde que comenzó el año, más de 3.500 personas -entre ellas 187 menores- han sido interceptadas en alta mar por la Guardia Costera libia, un cuerpo formado en su mayoría por la UE y que está bajo la sospecha, por parte de distintas organizaciones humanitarias internacionales, de supuestos vínculos con las mafias que se dedican al lucrativo negocio del contrabando de personas. Durante el mismo periodo, otras 92 personas han perdido la vida y 20 continúan desaparecidas.

Libia, un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil desde que en 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los distintos grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi es el epicentro de la ruta migratoria del Mediterráneo Central, considerada la más mortífera del mundo. A principios de febrero, la OIM instó a la UE y a sus Estados miembros a adoptar medidas urgentes que frenen los rechazos, las expulsiones colectivas y el uso de la violencia contra migrantes y refugiados.