Yokohama (Japón) - Esta semana se ha celebrado en la ciudad japonesa de Yokohama el II Foro Mundial de Economía Circular WCEF2018, con especial protagonismo de la Unión Europea por sus políticas en este ámbito. Una referencia de vanguardia avalada por la asistencia al foro de una misión organizada por la Comisión Europea con una nutrida representación de más de setenta empresas, universidades, instituciones. De todo ello y del balance de la legislatura europea, hemos hablado con el Director General de la Comisión Europea, Daniel Calleja.

Las conclusiones del foro mundial han puesto el énfasis en el uso eficiente de las materias primas por parte de la industria, la reducción de la emisiones de CO2 del transporte en las ciudades, la gestión integral de los residuos, la inclusión social en las megaciudades y la educación como base para crear una conciencia social sostenible. Y también ha quedado claro que las políticas a nivel mundial van en la dirección marcada por la Unión Europea.

¿Cuál es el balance de la misión europea al Foro y el encuentro con las autoridades y empresas japonesas?

-El balance es muy positivo. En primer lugar, por el número de participantes europeos, más de 70 empresas, universidades, instituciones y representación de todos los sectores y prácticamente de todos los Estados miembros. En segundo lugar, por la oportunidad del encuentro. En unos meses, en 2019 entrará en vigor el Tratado de libre comercio y asociación estratégica de Japón y la Unión Europea. Ello va a tener una enorme trascendencia para nosotros, pero también para todo el mundo. Tengamos en cuenta que la suma de los dos representamos el 40% del comercio mundial. Y en tercer lugar, por la coincidencia con el Foro Mundial de Economía Circular, un eje estratégico de la política europea. Además, hemos aprovechado para avanzar en el diálogo político con Japón con las reuniones bilaterales que ha mantenido el vicepresidente Katainen y yo mismo, con nuestros homólogos japoneses.

¿Podemos decir entonces que la relación con Japón trasciende los límites del comercio?

-Por supuesto, podemos decir que Japón es ya un aliado estratégico de la Unión Europea. Cree como nosotros en el multilateralismo en las relaciones internacionales, en el libre comercio y en la Economía Circular como elemento transformador para garantizar la sostenibilidad del planeta. Japón es una economía madura, con recursos inversores, potencia innovadora, con el 28% de las patentes ligadas a la Economía Circular, por lo que tenemos un alto interés en los acuerdos para transferencia de tecnología.

¿Pero manejamos el mismo concepto de Economía Circular europeos y japoneses?

-El concepto tiene tres dimensiones: económica, que trabaja por los ahorros por eficiencia; la medioambiental de reducción de los impactos negativos y la social, los empleos del futuro, que serán circulares o no serán. Necesitamos nuevos perfiles laborales, nuevas capacitaciones y la mayoría de base local. La UE fortalece respecto a la visión japonesa, más tecnológica, de automatización, la vertiente social, con el foco más en las personas.

¿Cuál cree que son los elementos clave para acelerar el proceso de puesta en marcha de la Economía Circular?

-Creo que debemos ser más sistémicos, porque hoy todo está más interconectado. Segundo, más conciencia social, educación. Tercero, tenemos que hacerlo todos juntos, normas y colaboración. Cuarto, necesitamos soluciones globales y quinto, debemos movernos ya y rápido, es imprescindible salir de la zona de confort.

¿Cuándo encaramos el final de la legislatura comunitaria, qué balance hace de su gestión en materia medioambiental?

-Hemos hecho mucho, pero también creo que queda mucho por hacer. Nos queda aprobar la directiva del agua, la de la bolsa de plástico de un solo uso y la del agua potable. Y también que quede cerrado el presupuesto del programa Life en el nuevo Marco Financiero Plurianual. Nos pusimos tres objetivos en 2015. Uno medioambiental, convertir a las políticas del Medio Ambiente en un factor de crecimiento económico. Mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, mejorando la calidad del aire, del agua, la gestión de los residuos, preservar la biodiversidad, etc. Y mejorar la legislación medioambiental, que hoy es claramente la mejor del mundo, pero es cierto que no somos capaces de hacerla aplicar efectivamente y de forma homogénea en todos los Estados miembros. Puedo decir que me siento satisfecho en conjunto.

¿Cuál es la principal tarea pendiente?

-Creo que tenemos un reto muy importante en reconvertir el sistema financiero y tener unas finanzas sostenibles. Necesitamos movilizar 100.000 millones de euros para cumplir los compromisos del Pacto de París de descarbonización del planeta. Con los recursos públicos no llega, necesitamos financiación privada. Estamos haciendo un trabajo muy serio en la Comisión mediante una taxonomía que clasifique cuáles son las prácticas sostenibles. Después queremos informar a los inversores de su gestión de riesgos, de cuáles son los riesgos reales de invertir en Economía Circular. Además, debemos enseñarles a aplicar criterios de gestión a largo plazo y, por último, definir los productos financieros de este nuevo mercado de las finanzas verdes.