pamplona - Las primeras encuestas publicadas desde que Pedro Sánchez anunciara el pasado viernes la convocatoria de elecciones generales el próximo 28 de abril avanzan un horizonte muy parecido al de las últimas elecciones del año pasado y conceden la llave de la gobernabilidad a las fuerzas nacionalistas, en especial a las catalanas. Los sondeos dan una mayoría clara al PSOE que capitaliza el denominado efecto Moncloa y se aprovecha del hundimiento de Podemos lastrado por sus crisis internas, tanto en el ámbito estatal como en varias de sus sucursales territoriales.

La suma de ambas formaciones de izquierda no solo no sumaría la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados sino que, además, sería inferior a la de una hipotética alianza de PP, Ciudadanos y Vox. El triplete de la derecha rozaría pero tampoco alcanzaría la mayoría necesaria para dar el asalto a la Moncloa y necesitarían un cuarto socio, una opción poco viable. El PP de Pablo Casado, quien tras unos meses muy duros contra Sánchez ahora ha iniciado un viaje al centro y la moderación verbal, no lograría superar el centenar de diputados (132 logró en las últimas elecciones), debido sobre todo al empuje de Vox, que entraría con fuerza en el Congreso. También Ciudadanos mejoraría ostensiblemente sus números e incluso duplicaría sus 32 escaños actuales.

Así las cosas, Pedro Sánchez debería buscar el respaldo de ERC, PDeCAT, PNV, EH Bildu -los socialistas son reacios a cualquier alianza con la izquierda abertzale- y Coalición Canaria (CC) para decantar la balanza de su lado, tal y como sucedió en la moción de censura contra Mariano Rajoy el año pasado. Para que eso ocurriera, los partidos independentistas catalanes deberían dar un sentido de voto diferente al de la semana pasada en la votación de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos, que precipitaron el fin de la legislatura de Sánchez y la convocatoria de elecciones a las Cortes Generales.

Las dos encuestas han sido encargadas por los diarios catalanes La Vanguardia y El Periódico y las entrevistas -1.000 y 1.200 respectivamente- han sido realizadas entre el martes 12 y el viernes 15 de febrero, esto es, el día antes de la votación clave en la que los soberanistas catalanes tumbaron los Presupuestos, y el día en que Sánchez anunció la convocatoria de los comicios.

En ambos sondeos, el PSOE sale bien parado y se perfila como claro ganador en las elecciones. Supera con creces los 84 escaños (85 si se incluye el de Nueva Canarias, aliado con los socialistas) que obtuvo en las elecciones de junio de 2018 y se acerca a los 120. Sánchez capitaliza estos casi nueve meses en el Gobierno español en los que ha llevado la iniciativa de la vida política e institucional y saca a su partido del ostracismo al que parecía abocado tras varios años de navajazos entre Ferraz y algunos barones territoriales. Sánchez estuvo en el epicentro del terremoto socialista pero con su manual de supervivencia ha resurgido y ha llevado a sus siglas, contra pronóstico, a poder ser la fuerza más votada en el Estado español dentro de poco más de dos meses.

Confía en que la foto de Colón en el que PP, Ciudadanos y Vox se retrataron juntos en la manifestación celebrada en Madrid hace ocho días contra el Gobierno Sánchez le dé réditos electorales. Del mismo modo, cree que el rechazo de los catalanes a sus cuentas le libra de la pesada mochila independentista con la que les han hostigado de manera permanente y Pablo Casado y Albert Rivera.

Con todo, Sánchez necesitará un puñado largo de apoyos para rebasar los 175 votos que dan la mayoría en el Congreso para la elección del presidente del Gobierno. No es difícil imaginar que Unidos Podemos más sus confluencias sigan la estela de los últimos meses de apoyo crítico a Sánchez y vayan a respaldarle en la investidura, si se llega al 28-A como predicen estas encuestas que, por otra parte, reflejan la tónica de otras realizadas con anterioridad y que vaticinan alrededor de un 50% para el bloque que va desde el centroderecha hasta el extremo derecho del espectro electoral, mientras que una hipotética coalición de socialistas y Podemos orbitaría por encima del 40%.

La formación de Pablo Iglesias atraviesa su peor momento en los cinco años desde su fundación. La fuga del carismático e influyente Íñigo Errejón al partido de Manuela Carmena ha dado la puntilla para una formación con problemas de sedimentación interna y que, como siempre ha ocurrido con la izquierda, airea sus trapos sucios a los ojos de todo el mundo y ahuyenta a sus seguidores más dubitativos. Esta imagen tiene su correlato en las encuestas que le dan a la baja y llegan incluso a reducir en la mitad el número de escaños que lograría el 28-A, por debajo incluso de los 40 frente a los 71 actuales.

Además de la foto de Colón, en los cálculos de Sánchez para adelantar las elecciones también entra el desplome de Podemos y el campo magnético que se le abre al PSOE para atraer votos de izquierda de ese nicho electoral. Pero eso le serviría solo para ser el partido más votado, no para ser presidente del Gobierno. En este sentido sus opciones pasan por mirar a los nacionalistas.

vascos y catalanes Cuenta con la lealtad del PNV, contrastada en los últimos meses. Los jeltzales, según estas encuestas, mantendrían o incluso mejorarían en uno sus cinco escaños y subirían a seis. Estos números supondrían que el PNV arrebataría a Podemos la condición de partido más votado en la CAV en unas generales, tal y como sucedió en 2016. Entonces, los jeltzales lograron cinco diputados por seis la formación morada.

Aún con los jeltzales el listón de los 176 escaños quedaría lejos y dependería de ERC y PDeCAT. Los republicanos darían un fuerte arañazo a los neoconvergentes y aumentarían notablemente su actual representación (9 escaños). Por su parte, la antigua Convergència se hundiría y perdería muchos de sus actuales 8 escaños. En todo caso, la suma de ambos sería muy parecida a la que tienen actualmente, lo que les seguiría dando la llave que abre o cierra la puerta al próximo inquilino de la Moncloa.

Las encuestas. Los sondeos de ‘La Vanguardia’ y ‘El Periódico’ preguntan a los encuestados (1.200 y 1.000 respectivamente) cómo votarían si las elecciones fueran hoy. Las encuestas se realizaron entre el 12 y el 15 de este mes.

El bloque de derechas. El PP sufriría un fuerte retroceso, debido al empuje de Ciudadanos y, sobre todo, al auge de Vox, que irrumpiría con fuerza en el Congreso. La suma de los tres no les da, por poco, la mayoría absoluta en el Congreso. Necesitarían un cuarto socio, una opción que no parece viable.

El eje de izquierdas. El PSOE sería el claro ganador de las elecciones pasando de sus 84 escaños actuales a casi 120. La suma con Podemos -que sufriría un desplome severo- sería insuficiente para lograr la gobernabiilidad.

La llave, los catalanes. ERC y PDeCAT, y en menor medida el PNV, tendrían la llave para que Sánchez pudiera proclamarse de nuevo presidente del Gobierno.