La primera ministra británica, Theresa May, organizó ayer una reunión de emergencia con sus principales ministros y diputados en su residencia de campo de Chequers para dar respuesta a una serie de informes aparecidos en la prensa británica, que apuntaban a un complot de once de sus ministros para obligarla a abandonar Downing Street en los próximos días.

La primera ministra está bajo una intensa presión para que diga su fecha de salida y conseguir así un impulso para ganar el respaldo de los Comunes a su acuerdo y evitar una salida de la Unión Europea catastrófica. Algunos partidarios del brexit afirman que es más probable que voten a favor del mismo si supieran que May no estará a cargo de la segunda fase de las negociaciones que comienzan inmediatamente después del divorcio formal.

La primera ministra decidió reunir al grupo para poner fin a una nueva crisis del brexit e intentar mantener el poder. A ella acudieron pesos pesados de su círculo, como su adjunto, David Lidington; el ministro de Medio Ambiente, Michael Gove; y el responsable del brexit, Stephen Barclay. Pero también hubo hueco para los conservadores favorables al brexit, como Boris Johnson, Dominic Raab, Iain Duncan Smith y Jacob Rees-Mogg.

Precisamente el exministro Duncan Smith, afirmó que reemplazar a la primera ministra en esta etapa del brexit solo serviría para que el Reino Unido produjese “un grupo de risas por todo el mundo”. En una línea más dura de la habitual, arremetió contra los ministros en contra de la primera ministra y les dijo que se disculparan y “se callaran”, o serían despedidos.

Durante el día, los principales ministros movieron ficha para intentar apagar la conspiración que sacó a la luz el diario The Sunday Times. De hecho, dos de los ministros que están en las quinielas de posibles sucesores, Michael Gove y David Lidington, lo desestimaron.

gove, el favorito Gove es el favorito en las casas de apuestas y de los brexiteers. Figura destacada en la campaña del referendo para abandonar la UE, pero ahora asegura que no es el momento de cambiar de líder, sino de conseguir “el rumbo correcto”. En el caso de Lidington, tildó la especulación de que fuese a ser el candidato perfecto para suceder a May como “descabellada”, repitiendo que no tiene ningún deseo de asumir el testigo de la primera ministra, a la par que defendió que la líder conservadora está haciendo “un trabajo fantástico”.

En una entrevista televisiva, el ministro de Economía y Hacienda, Philip Hammond, admitió que es posible que el acuerdo del brexit ideado por May no sea aprobado en los Comunes, pero dejó claro que un cambio de líder en este momento es actuar de forma “autoindulgente”.

Hammond tiene claro que un cambio de primera ministra “no va a ayudar” y tampoco va a hacerlo un cambio de partido en el Gobierno.

Para el ministro de Economía, la pregunta clave es qué tipo de brexit quiere el parlamento, por lo que pidió que “de un modo u otro” se pronuncie esta semana sobre cómo quiere proseguir en el divorcio europeo, dejando clara de una vez por todas y sin ambigüedades “qué es lo que pueden apoyar”.

Sin embargo, Hammond no aclaró si los diputados conservadores tendrán en esta tercera votación libertad de voto. Westminster tiene que apoyar el acuerdo del brexit de May, en la que sería la tercera votación, si quieren una salida ordenada de Londres de la UE el próximo 22 de mayo. De lo contrario, habrá una salida sin acuerdo el 12 de abril.

Tras la masiva manifestación del domingo, con un millón de personas se manifestaran por las calles de Londres pidiendo un nuevo referéndum, el ministro reconoció que una consulta ciudadana es “una posición perfectamente coherente” y que debe ser considerada sobre la mesa.