bilbao - La asociación de familiares de presos de ETA, Etxerat, trasladó ayer sus reivindicaciones hasta las aguas de Plentzia (Bizkaia), donde con motivo de la celebración de la 6ª Itsas Martxa demandó el fin de la “política de excepcionalidad” penitenciaria. La cita culminó las movilizaciones que la asociación de presos ya desarrolló el pasado 4 de agosto en las playas de Bizkaia, Gipuzkoa y Hendaia.

Desde Etxerat se valoró ayer que el pasado fin de semana unas 2.000 personas participaron en las concentraciones en los arenales vascos e insistieron en que quieren a los presos “en casa y vivos”. Así, decenas de barcas y piraguas recorrieron desde las 12.00 las aguas de Uribe Kosta con pancartas que pedían la vuelta de los presos “a casa”. Asimismo, los organizadores desplegaron un cartel gigante en el puente de Plentzia en el que se podía leer Euskal preso eta iheslariak etxera (Presos y huidos vascos a casa).

‘ongi etorris’ Por su parte, el portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, dijo que sería “positivo” que la izquierda abertzale emplazara a que no haya más recibimientos públicos a los presos de ETA que salgan de prisión, y a que estos se circunscriban al ámbito privado, “más allá de lo que digan la Ley y los jueces”. Además, cree que un reconocimiento por parte de Sortu de que “matar estuvo mal, es una extraordinaria oportunidad para que entre por la puerta grande de la convivencia futura”.

A su juicio, “son profundamente rechazables y no son admisibles en parámetros democráticos, y mucho menos aún si lo que se pretende es apuntar hacia un horizonte de convivencia pacífica y civilizada, donde el daño causado en el pasado hay que reconocerlo como un daño injusto innecesario. Hay que admitir que la violencia siempre estuvo mal como instrumento de acción política, no solo ahora que estratégicamente conviene, sino también en el pasado”, añadió. - E.P.