pamplona - La negociación entre los equipos negociadores del PSOE y Podemos no ha empezado con buen pie debido en buena parte al que ha sido el principal desencuentro entre las dos formaciones en el último mes: la fórmula de Gobierno de coalición. Tras el parón del fin de semana, ambas partes se emplazan a seguir conversando a partir del lunes pero sin gran optimismo respecto a la posibilidad de alcanzar un acuerdo que garantice una investidura exitosa.

Para colmo, el PSOE encareció ayer más la negociación al rechazar de plano una opción que venía cobrando fuerza en algunos sectores de Unidas Podemos: posibilitar la reelección de Pedro Sánchez para después pasar a la oposición. Los socialistas no contemplan dicho escenario y Sánchez no convocará otra sesión de investidura si no cuenta con el compromiso de los morados para toda la legislatura. Es decir, el presidente en funciones quiere un acuerdo para largo que le permita gobernar durante cuatro años sin tener excesivos sobresaltos.

El PSOE confirmó ayer su intención de ceder a Unidas Podemos una presencia “activa y potente” en la futura Administración si llegan a un acuerdo de investidura, pero el partido de Pablo Iglesias sigue desconfiando de los socialistas y cree que ya piensan en elecciones generales. Un día después de que los equipos negociadores de los dos partidos retomaran el diálogo aunque sin avances, ambas partes aseguran su disposición a seguir hablando pero se mantienen en las mismas posiciones: Podemos quiere gobierno de coalición y los socialistas insisten en rechazarlo.

Así lo expresó en la rueda posterior al Consejo de Ministros la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, que no visualiza un escenario en el que se complete una investidura “sin después una colaboración”, opción que calificó de “deriva” y “rincón oscuro”. Con todo, la dirigente socialista pidió tiempo para los equipos negociadores y celebró que el compromiso de seguir hablando “no es poco en una negociación”.

desconfianza La también ministra de Educación lanzó además un guiño a Unidas Podemos al valorar positivamente que su delegación en la reunión del jueves fuera más amplia e incluyera a todas sus confluencias y a un representante de IU, ya que “es importante que todo el mundo tenga la información” de lo que se está tratando. En este sentido, y aunque no quiso entrar en detalles, Celaá reveló que en la primera reunión los representantes socialistas trasladaron a la delegación morada “información que curiosamente no tenían sobre algunos extremos”. Asimismo, se mostró confiada en que a lo largo de las conversaciones se pueda ir regenerando la confianza que se perdió en julio y pueda “emerger algo nuevo”, y garantizó que la negociación culminará con una reunión entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

Aunque por el momento se desconoce qué intenciones tiene Podemos respecto al documento programático presentado el pasado martes por Pedro Sánchez, la portavoz del Ejecutivo emplazó a la formación morada a que presente sugerencias y mejore el programa de 370 medidas. La oferta de Sánchez está por tanto abierta a cambios, siempre que los de Pablo Iglesias renuncien a su pretensión de entrar en el futuro Gobierno. “Eso es negociar, transar, encontrar resultados allí donde no existen”, señaló la ministra, antes de advertir a Unidas Podemos de que solo faltan ellos por subirse a un carro donde a su juicio ya están el PNV, ERC y PRC.

Por la mañana, dirigentes de Unidas Podemos que están en la mesa negociadora, como Ione Belarra y Yolanda Díaz, subrayaban su sospecha de que los socialistas solo negocian sin intención de acuerdo y como estrategia de “marketing” o propaganda pensando en la repetición electoral. Y del lado socialista, la número dos del partido, Adriana Lastra, criticaba por su parte la posición “inamovible” de la formación morada, que sigue pidiendo coalición, como el principal “escollo” para el acuerdo.

Después llegaba la última promesa socialista a través de la portavoz del Ejecutivo, quien aseguraba que lo que proponen con su “tercera vía” es una presencia “activa y potente” de Podemos en las estructuras del Estado, aunque no en el Consejo de Ministros. Eso sí, Celaá es rotunda cuando se plantea la opción de un Gobierno bicolor. Rechaza por completo dicha fórmula, a pesar de que en julio el PSOE llegó a ofrecer a la comisión negociadora de Podemos tres ministerios y una vicepresidencia. Pero ahora el Ejecutivo español sigue insistiendo en ceñirse a “fórmulas de cooperación” mediante las que Podemos participe en las tareas del Estado pero siempre fuera de las carteras ministeriales.

sigue culpando a podemos Los socialistas siguen achacando toda la responsabilidad del fracaso de julio a los de Pablo Iglesias por no haber aceptado lo que se les ofreció en aquella ocasión. En esa línea, la portavoz del Ejecutivo recordó ayer que la oferta que rechazó Podemos le concedía el Ministerio de Sanidad, que supone el 10% del gasto público. Ahora, sin embargo, traslada a los morados que tendrán que conformarse con “otras formas de ganar” como la puesta en marcha de un programa progresista. “No puedo concebir que una formación de izquierdas eso no lo considere una ganancia”, indicó Celaá.

En la misma línea se pronunció la portavoz parlamentaria del PSOE, Adriana Lastra, que cree que el principal problema en todo el proceso negociador es la actitud de Unidas Podemos. A su juicio, la posición “inamovible” de los morados están convirtiéndose en un escollo, ya que todavía no han comprendido que el Gobierno de coalición “no se va a dar” porque esa propuesta ya ha “decaído”. Lastra tachó de “posición maximalista” la pretensión de Podemos y recordó que los socialistas ofrecen la “garantía” de que un acuerdo de legislatura se cumpla. “Todo está listo para que arranque esa legislatura progresista y solo falta a bordo Unidas Podemos”, concluyó.

Pero los reproches son mutuos y en el otro lado del tablero los términos hacia la actitud del PSOE son casi idénticos. Así, la diputada de Unidas Podemos Pilar Garrido también habló de postura “inamovible” de los socialistas que imposibilita avances en la negociación. Asimismo, en el partido morado sospechan que a Pedro Sánchez le interesa ir a la repetición de elecciones y que la negociación es un mero gesto de cara a la galería. En esa línea, Garrido reconoció en una entrevista en Radio Euskadi que en su partido hay “mucha preocupación” porque dudan de las verdaderas intenciones del presidente en funciones. Cree además que el documento planteado por el PSOE como base para negociación es “más un programa electoral” que un de Gobierno, cuyo contenido “solo ha aplaudido” la patronal CEOE.

Ante ello, la diputada se reafirma en intentar hasta el último minuto arrastrar al PSOE a un Ejecutivo en coalición y evitar “la irresponsabilidad de que Sánchez nos aboque” a elecciones generales. “No se trata de cargos, sino de formar parte de la gobernabilidad del Estado español porque creemos que somos imprescindibles para que realmente Sánchez mire a la izquierda y haga políticas progresistas”, dijo. - D.N.