pamplona - "Los momentos históricos hay que intentar perpetuarlos y trabajar mucho para mantenerlos. Si no, pasan a ser historia", comenta Santos Cerdán (Milagro, 1969), en un momento dulce para el PSN-PSOE, con el socialismo liderando el Gobierno de Navarra y el Gobierno español. "Creo que entre todos tenemos que hacer un esfuerzo de normalizar la vida pública", dice también Cerdán, que no escatima elogios al nuevo Gobierno de coalición presidido por Pedro Sánchez. Sobre su tamaño (22 ministerios), invita a compararlo con los gobiernos de coalición de Italia (21) o Francia (22).

¿Cómo ha vivido la vorágine de la conformación del Gobierno de Sánchez?

-Intenso está siendo todo este recorrido, con dos elecciones generales en 2019, cinco en total, las cinco ganadas por el Partido Socialista. Todo a una velocidad de vértigo. Pero contentos, porque por fin hemos roto este bloqueo que había en este país, puesto por la derecha sin ninguna otra alternativa que la del bloqueo a que a España le fuera mal. Afortunadamente, hemos conseguido romper ese bloqueo, y tenemos ya presidente del Gobierno.

Los resultados del 10-N llevaron a Pedro Sánchez a optar por una fórmula de coalición que inicialmente no era la deseada. Pero finalmente ha cambiado el tablero.

-Lo que ocurre es que los ciudadanos y ciudadanas de este país votan, nos dan unos resultados, sin ninguna otra alternativa de gobierno progresista para el Partido Socialista. De hecho, el secretario general del Partido Popular, Teodoro García Egea, salió esa misma noche del 10 de noviembre a dar una rueda de prensa, pidiendo que dimitiera Pedro Sánchez, que era el que había ganado las elecciones esa misma noche, lo que nos da el nivel de oposición de la derecha. Por lo tanto, esa misma noche, entendemos que hay que intentar solo un gobierno progresista lo antes posible.

¿Cómo pasó esa noche del 10-N?

-Estábamos en Ferraz, en el despacho del secretario general y hoy presidente. Preparamos la salida a la prensa, montamos la plataforma en la calle, y tras la intervención del presidente, volvimos al despacho para valorar los resultados, analizar la situación, y viendo que el tablero era el que era, y que no cabía otra.

¿La dimisión de Rivera el 11-N cambió algo las cosas o el principio de acuerdo con Iglesias al día estaba ya clarísimo?

-No, no cambia nada, porque veíamos las propuestas de la sustituta, Inés Arrimadas, que son las mismas. El discurso es el mismo, si no todavía más retrógrado y más de derechas que incluso PP y Vox. Ciudadanos no está ocupando ese puesto de centro que en teoría iba a ocupar, y se ha escorado a la derecha clarísimamente. Eso le ha llevado a perder 47 diputados.

Usted ha insistido en la importancia del diálogo.

-Es fundamental, los ciudadanos nos han dicho que dialoguemos entre nosotros. Es que ninguno tenemos mayoría suficiente para gobernar en solitario. Los resultados nos obligan a dialogar, y no debería ser ninguna novedad. El diálogo, y poder llegar de acuerdo con diferentes, es la base de la política. No sé por qué, cuando se habla de diálogo a algunos les ofende.

Uno de los riesgos del nuevo Gobierno está en su vertebración.

-La verdad es que las negociaciones han sido fáciles con Unidas Podemos. Creo que es un buen acuerdo para los que apuestan por políticas progresistas y de izquierdas, y la relación está siendo inmejorable. Evidentemente podrán saltar dificultades en algún momento, pero como pueden saltar con los propios compañeros. Con ese diálogo, saber estar a la altura y debate, se sacará adelante. El vicepresidente Pablo Iglesias lo dijo con las mismas palabras que el presidente Sánchez: que habrá muchas voces en el Gobierno, pero solo una palabra.

¿Va a ser un Ejecutivo con una agenda inicial muy dinámica o irá de menos a más?

-Muchas veces para llevar a efecto las decisiones que se están tomando se necesita tiempo, porque hay que acomodar algunas leyes, y preparar los Presupuestos. Lo que sí le garantizo es que no vamos a aflojar en el trabajo, y que vamos a trabajar para que todas las medidas que hemos pactado con Unidas Podemos las podamos llevar a cabo lo antes posible.

Usted es secretario de Coordinación Territorial del PSOE. Un constante recordatorio de la complejidad del Estado.

-El Partido Socialista es el que más se parece a la sociedad de este país. Estamos representados en toda España. Con las pluralidades y singularidades que hay en cada territorio. Por eso somos el partido mejor capacitado para gobernar.

La presidenta María Chivite ha dicho que la política española se ha navarrizado.

-Cuando decimos navarrizar es porque ahora hay más fuerzas políticas que antes, y en Navarra ya estábamos acostumbrados a ese multipartidismo, y a gobiernos de coalición. Cosa que a nivel nacional va a ser el primero. Al haber más partidos, hay que hablar con más fuerzas políticas para poder llegar a mayorías. Es el espejo que hay aquí en Navarra hace años.

¿Qué espera del PP en estos momentos?

-Están debatiendo si van a ser más duros o menos duros. Pero esperamos poco. Están más bien mirando a lo que tienen al lado de su bancada, que es la extrema derecha de Vox. El discurso de Casado en la investidura fue incluso más bronco y más duro que el propio discurso de Vox. Los perfiles que rodean a Casado en el Congreso o incluso en el partido, son de ir a la bronca directa.

Si sumamos a esa deriva los 52 escaños de Vox, el problema es serio.

-Si miramos la historia, cuando el PP ha estado en la oposición se ha situado ahí. Los grandes pactos de Estado que se han producido en este país siempre se han dado cuando el PP ha gobernado y el Partido Socialista ha estado en la oposición, nunca al revés. El PP no admite que otros partidos gobiernen, y se lanza a la bronca. Por cierto, que no metan a la Corona de por medio. Flaco favor le hacen metiéndola en el debate político.

¿Va a ser más fácil avanzar en cuestiones sociales que en el asunto territorial?

-Hombre, porque hay menos confrontación y todo el mundo tiene las ideas más claras de los avances sociales que necesita este país, y ahí va a ser mucho más fácil llegar al consenso. La dificultad la tenemos evidentemente con la crisis territorial que existe hoy en España. Hablamos de diálogo porque es lo que tenemos que empezar a hacer, para intentar solucionarla, y no es tan fácil como algunas de las medidas sociales.

¿Cómo ve a ERC? En el debate de investidura hizo un discurso muy crítico.

-Yo lo circunscribo a sus equilibrios internos más que a otra cosa, porque ellos entendían también que era necesario romper este bloqueo y han apostado por el diálogo. Así que hemos decidido sentarnos y empezar a hablar de un problema que existe.

Con probables elecciones catalanas.

-Creo que más pronto que tarde. El que ha facilitado la gobernabilidad es Esquerra. Pero si por ello, son los socios del gobierno, por esa razón ser, los que han impedido esa gobernabilidad, que son la CUP y JuntsXCat, les podríamos denominar los socios de Vox, del Partido Popular y de Navarra Suma.

Aitor Esteban fue elogiado en la investidura. El PNV será importante.

-Yo mismo le felicité, porque después de escuchar lo que se escuchó aquel día en las bancadas de la derecha, menos mal que alguien iluminó el Congreso con ese discurso. El PNV es un socio fiable para el Partido Socialista. Lo ha demostrado en tiempos pasados, y también ahora, apostando por romper el bloqueo, y poner en marcha la agenda política de España.

EH Bildu está en el foco.

-Quiero recordar la historia de EH Bildu, que es una coalición de diferentes partidos. Está Alternatiba, está Eusko Alkartasuna, y está Sortu, cada uno con una trayectoria diferente. Los demócratas que hemos trabajado por la paz en España, en Navarra y en Euskadi, cuando existía ETA pedíamos que dejaran las armas, que hicieran política, y lo han hecho hace ocho años. Están haciendo política. No podemos actuar el resto de partidos como si estuvieran hoy con las armas. Creo que entre todos tenemos que hacer un esfuerzo de normalizar la vida política.

Mientras se avanza en esa dirección, surgen discursos de reacción.

-A uno le da que pensar que sigan utilizando el terrorismo como arma arrojadiza en la política, sin reconocer su propio pasado. Y hablo ahora de UPN y Partido Popular. Su periódico mostró las fotos de cómo se sentaban a pactar presupuestos en el año 91 y 93. Con Herri Batasuna, no con EH Bildu, cuando todavía había muertos. Quiero recordar que entre esas dos fotografías que pusieron ustedes, una del año 91, la otra del 93, se produjeron 20 asesinatos. Hoy no hablamos de muertos, es una etapa superada. A ETA la venció la democracia, la vencimos entre todos. Hoy estamos hablando de diferentes ideas. Que tienen que dar algunos pasos es evidente, que poco a poco creo que los irán dando y los van dando.

El clima político apunta a un acercamiento de los presos.

-La semana pasada, más de 60.000 personas salieron pidiendo el acercamiento de presos, no su liberación. La dispersión se hizo en un momento puntual, en el que la banda terrorista está activa, como un arma para luchar contra la banda. Hoy no existe. Hoy ETA ha desaparecido, y la ley dice lo que dice, que los presos deben cumplir sus condenas cerca de sus lugares de residencia. Debemos dar más normalidad a las cosas que democráticamente van pasando. Y no utilizar el terrorismo como arma arrojadiza, porque afortunadamente hemos vencido, y parece que a algunos les molesta, y quieren mantenerlo vivo. Y ya no existe.

¿No han pisado un charco con el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal general del Estado?

-Se pide que los políticos cuando terminen su actividad vuelvan a su carrera. Ella ha trabajado siempre en la Fiscalía, vuelve y se le critica. Tiene méritos suficientes para el cargo, la confianza además del presidente, y es potestad del Gobierno nombrar la Fiscalía. Creo que las cosas hay que verlas más normales. Cuando otros partidos hacen nombramientos parece lo normal, y cuando lo hace el Partido Socialista se echan las manos a la cabeza.

Acaba de salir del Gobierno...

-A mí lo que me preocupa es si tiene las aptitudes o no para ese cargo. Yo creo que sí. Su carrera como jueza y como fiscal lo demuestra.

Se interpreta como la designación de una voz muy firme ante la judicatura.

-Nosotros hablamos del poder político, del diálogo, de intentar romper esas barreras que nos separan unos y otros. No es el Partido Socialista el que intenta parar ese diálogo mediante otros poderes del Estado, sino otros partidos los que lo han intentado.