- Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) no lograron cerrar un acuerdo sobre la respuesta económica a la crisis del coronavirus debido al plante de España e Italia, que reclaman medidas económicas más decididas y pidieron a sus socios elaborar una respuesta conjunta en diez días, aunque finalmente el Eurogrupo decidió darse un plazo de 15 días para elaborar un nuevo texto.

Tras más de seis horas de una cumbre por videoconferencia, los líderes comunitarios no lograron pactar un nuevo texto de acuerdo que diera cabida a las demandas de Madrid y Roma, según confirmaron a Efe fuentes comunitarias, ya que contaron con el rechazo frontal de Alemania y Países Bajos, apoyados por Austria y Finlandia, entre otros.

"Estas propuestas deberían tener en cuenta la naturaleza sin precedentes del golpe que tiene el COVID-19 en todas nuestras economías y nuestra respuesta se intensificará, si es necesario, con más actuaciones de forma inclusiva y a la luz de los acontecimientos para dar una respuesta amplia", remarca el texto pactado finalmente por todos los Veintisiete.

El debate durante la cumbre giró en torno a la necesidad de movilizar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate europeo, o de emitir coronabonos, un instrumento de deuda conjunta de la UE, para financiar la lucha contra la pandemia del coronavirus.

Tanto España como Italia se cuentan entre los nueve países (junto a Francia, Portugal, Bélgica, Irlanda, Luxemburgo, Eslovenia y Grecia) que el miércoles se unieron para reclamar la utilización de deuda mutualizada ante una crisis que afecta a todos por igual y que ha sido provocada por causas externas.

Del mismo modo reclamaban hacer uso del MEDE -con 410.000 millones de euros de capacidad inmediata- de la forma más laxa posible, ofreciendo líneas de crédito sin condicionalidad o con condiciones muy suaves que más adelante no desembocaran en recortes o austeridad, algo que estas regiones europeas ya conocen de sobra tras la crisis económica de 2008. De esta manera, con este mecanismo España habría podido ahorrarse hasta 150.000 millones de euros en intereses de deuda pública en 10 años.

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, reclamaron a sus socios la creación de una especie de grupo de trabajo compuesto por los presidentes de la Comisión Europea, del Consejo Europeo, del Parlamento Europeo, del Banco Central Europeo y del Eurogrupo.

Precisamente, la CE, el BCE, el Banco Europeo de Inversiones y, a última hora de ayer el Parlamento Europeo, además de los bancos centrales de cada país, ya se habían alineado con estos estados en sus reivindicaciones.

Pero las intenciones de los países del sur toparon con la oposición frontal, como estaba previsto, de Alemania y Países Bajos, a quienes benefician más las dos medidas tomadas hasta ahora: la suspensión temporal del Plan de Estabilidad y Crecimiento y la relajación de las normas de ayudas de Estado. Por ello, ambos países, con el apoyo de Austria, Finlandia y algunos países más, rechazan que se utilicen ya fondos comunitarios en el comienzo de la crisis y respaldan explotar por ahora las vías nacionales. De hecho, ven con recelo esa unión de nuevo países, que juntos representan el 72% de la deuda pública de la eurozona.

En una rueda de prensa posterior al encuentro, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, dio cuenta de la división entre las capitales afirmando que los líderes tuvieron un "fuerte debate político". "Ha sido útil y necesario porque demuestra que en muchos temas estamos de acuerdo y en otros tenemos que continuar con el diálogo para poder estar unidos", añadió.

Por videoconferencia. La cumbre, que se prolongó durante 6 horas, terminó sin acuerdo.

72%

Los 9 países que exigen más ambición (España, Italia, Francia, Bélgica, Portugal, Irlanda, Luxemburgo, Eslovenia y Grecia) suman el 72% de la deuda pública de la eurozona.