- Beasain debía celebrar el pasado viernes el inicio de sus fiestas de Loinaz, suspendidas por la epidemia de covid-19. A pesar de ello, decenas de jóvenes de la localidad guipuzcoana se saltaron la prohibición y organizaron un baile masivo en el que se quebraron las normas de distancia social.

Lo sucedido ha alcanzado repercusiones políticas, ya que una de las personas que se encaramó a una farola era la edil de EH Bildu en el Ayuntamiento de Beasain, Maddi Imaz, que ayer tuvo que dimitir de su cargo por su comportamiento. Asimismo, fue denunciada por la Ertzaintza por violar el estado de alarma.

A raíz de la polémica suscitada por este incidente, la edil de EH Bildu implicada trasladó a su partido su decisión de “dejar el cargo” e hizo publica una nota en la que pide “perdón” al pueblo de Beasain.

En este escrito difundido por la coalición abertzale en Twitter, Imaz reconoce haber actuado con “irresponsabilidad”, una actitud que, según indica, no concuerda con la posición que ha mantenido su coalición ante la pandemia.

Por su parte, el alcalde de la localidad, Aitor Aldasoro (PNV), lamentó que algunos vecinos no fueran ayer “conscientes de la situación en la que vivimos” a raíz del covid-19 y “del esfuerzo que está haciendo todo el pueblo para salir de esto”.

Por otra parte, ayer Gipuzkoa vivió otros dos episodios de violencia callejera relacionados con la huelga de hambre y sed que mantiene desde la semana pasada el preso de ETA Patxi Ruiz. En esta ocasión, encapuchados prendieron fuego a contenedores en Pasaia y una sede del PSE en Donostia amaneció con pintadas.

Respecto al ataque de Pasaia, un grupo de varios encapuchados cruzó varios contenedores en una calle de la localidad y les prendió fuego después de realizar pintadas relativas a la situación de Patxi Ruiz. Mientras, en Donostia el PSE denunció la aparición de varias pintadas en su sede del barrio de Altza. Según declaró su líder en Gipuzkoa Eneko Andueza, estos actos persiguen “amedrentar” a los socialistas mientras EH Bildu “sigue callada”.