- "No cuestiono las estrategias de negociación del resto de presidentes, pero la mía no es enfrentarme al Gobierno", argumenta María Chivite, que niega que la falta de críticas al Ejecutivo de Pedro Sánchez impliquen una sumisión. "Se consigue más con miel que con hiel", apunta.

¿Los intereses del Gobierno y de la secretaría general del PSN pueden llegar a ser contradictorios?

-No lo siento así. Tengo muy claro que siempre voy a defender los intereses de Navarra, pero hasta ahora no me ha tocado entrar en contradicción con el Gobierno central.

Algunos ayuntamientos sí le han reclamado más firmeza para evitar que el Estado se apropie de su fondo para inversiones.

-Creo que se precipitan porque todavía no sabemos cómo va a quedar la ley que salga del Congreso, y habrá que ver cómo afecta a Navarra. La realidad es que con la ley actual, aprobada por UPN y PP, no se puede hacer uso de ese remanente, y hasta ahora nadie ha planteado otra alternativa que haga viable esas inversiones locales.

¿Se siente apoyada por el Gobierno de Sánchez?

-Sí, y escuchada además. Nos ha tocado pelear algunas cosas, pero nunca hemos buscado la confrontación. Las decisiones siempre han sido coordinadas, y cuando he tenido alguna duda siempre me he encontrado con un interlocutor dialogante y colaborador.

¿Cree que la coordinación con las autonomías ha sido buena?

-Seguro que hay cosas mejorables, pero en líneas generales, sí. Las conferencias de los domingos por ejemplo han sido muy positivas porque nos han permitido compartir información y experiencias. Y salvo algún ejemplo de deslealtad, todos hemos colaborado lo mejor que hemos podido.

¿Qué le ha parecido la actuación de los responsables de Madrid?

-Han jugado políticamente en un momento donde se debatían cuestiones sanitarias y científicas, y eso es algo que no comparto. Se ha buscado la batalla política con el cambio de fases, por ejemplo, cuando se veía claramente cuál era la capacidad de cada comunidad.

¿Ve intereses partidistas?

-No sé si tiene que ver con eso, porque otras comunidades gobernadas por el PP han actuado de otra forma más responsable. Pero es evidente que en la Comunidad de Madrid han querido jugarse un problema sanitario en el ámbito político, y esa deriva es peligrosa.

¿Por qué?

-Porque no aporta soluciones y genera desconfianza. Lo vemos en Navarra. Javier Esparza se ha convertido en el Capitán Aposteriori. Insiste en que el Gobierno debe adelantarse a los problemas, pero lo dice siempre después. Y eso no es justo porque no tienes la misma información.

¿Le incomodaría un pacto presupuestario con Ciudadanos?

-No. Al Gobierno central le ocurre como a nosotros. Es un Gobierno de coalición en minoría parlamentaria. Está obligado a pactar, y lo tiene que hacer con quien quiera sentarse a negociar. Con los del cuanto peor mejor es imposible acordar nada.

¿Y eso puede afectar al juego de mayorías en Navarra?

-No tiene por qué. Evidentemente, si alguien se quiere sumar para sacar los Presupuestos en Navarra será bienvenido.

En la CAV se acaba de confirmar un Gobierno entre el PSE y el PNV. ¿Eso fortalece la mayoría de Gobierno en Navarra?

-Para el PSOE el PNV es un apoyo solvente y claro en Madrid, donde gobierna también Podemos. Y aunque Geroa Bai no es solo el PNV, es coherente con lo que estamos haciendo en Navarra. Son tres ámbitos donde se está funcionando bien, y eso fortalece las alianzas.

¿Es partidaria de que el Congreso investigue las irregularidades cometidas por Juan Carlos I?

-No comparto las decisiones que ha tomado el rey emérito. Pero si hay irregularidades las tendrá que investigar quien corresponde, que es la Justicia, y no el Congreso, que no tiene las herramientas para ello.

Hace más de 40 años que se aprobó la Constitución. ¿Ha llegado el momento de abrir un debate sobre la Jefatura del Estado?

-No creo que sea algo prioritario ni urgente. Pero si se decide abrir un debate sobre la Constitución, también habrá que hablar de la Corona. Personalmente, no es el modelo de Jefatura de Estado que más gusta. Mientras tanto la institución que merece todo mi respeto.