- María Chivite hizo ayer un llamamiento a la unidad y al consenso en el Parlamento de Navarra. "Afrontamos un otoño y un invierno difícil y duro", advirtió la presidenta del Gobierno, que reclamó a todo el arco parlamentario que trabaje "con altura de miras" y "voluntad de encuentro". Chivite encontró el respaldo de los grupos que firmaron el acuerdo programático. Con sus matices y diferencias, PSN, Geroa Bai, Podemos e I-E cerraron filas con el Ejecutivo foral. Mientras que en la oposición, tanto Navarra Suma como EH Bildu advirtieron que ambos son incompatibles, y que el Gobierno debe elegir.

Pero Chivite optó por dejar todas las puertas abiertas, al menos por ahora. No quiso polemizar con nadie. Tampoco con Javier Esparza, y eso que le había acusado de hacer la peor gestión de la pandemia, de renunciar a su programa o de blanquear a EH Bildu. Ni siquiera entró a debatir la oferta de estabilidad que le hizo Navarra Suma para el resto de la legislatura si rompe con sus socios de Gobierno, y que nadie pareció tomarse en serio. "Navarra avanza y ustedes no tienen un proyecto alternativo. Su único discurso es Bildu y ETA", le reprochó.

El papel de poli malo le quedó al portavoz del PSN, Ramón Alzórriz, que sin entrar en el fondo de la oferta, subrayó que el proyecto socialista de hoy poco tiene que ver con el que ha defendido históricamente UPN. Insinuando así cuáles son las alianzas a las que apuntan en el Palacio de Navarra pero que, por una cuestión más táctica que política, el Ejecutivo parece no querer desvelar. Entre otras cosas, para no darle a Esparza el titular que lleva varias semanas buscando.

Es el marco general que deja la primera jornada del Debate sobre el estado de la Comunidad. La sesión quedó desprovista de la habitual grandilocuencia de estas citas pero, no todo iba a ser malo, también de la tensión política de ocasiones anteriores. La realidad de la calle y la gravedad de la situación sanitaria invitaban a la mesura en las intervenciones públicas. Así fue, y así lo agradeció la propia Chivite, que puso en valor "el tono y el fondo" de todas las intervenciones. "Una cosa es la gestión. Por supuesto sometida a la crítica, faltaría más. Pero el virus no tiene ideología", enfatizó la presidenta, que pidió que la pandemia no se utilice políticamente.

La casualidad quiso que al tiempo en que Chivite desgranaba la acción de su Gobierno, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, defendiera en el Congreso el Decreto del estado de alarma, que convierte a la presidenta en la principal autoridad sanitaria en Navarra. Con margen para aplicar medidas excepcionales que se comprometió a tomar desde el diálogo. "No es intención de este Gobierno usar el estado de alarma más allá de lo estrictamente necesario", apuntó Chivite, que avanzó encuentros periódicos con el resto de partidos para analizar la situación de cada momento.

Porque la pandemia lo monopoliza todo, también jornadas como la de ayer. Sin apenas público por las limitaciones de aforo, con solo dos parlamentarios por grupo y una presencia mínima del Gobierno -apenas los dos vicepresidentes-, la puesta en escena fue la de una sesión menor. Tampoco Chivite quiso darle especial relevancia en un discurso de más de hora y media que casi en su totalidad dedicó a describir todas las actuaciones desde su toma de posesión. Hasta el número de notas de prensa del Gobierno detalló la presidenta.

No hubo en cambio ningún anuncio nuevo, ni novedad reseñable. Chivite acudió a la Cámara con la tarea previamente hecha en una semana en la que el Ejecutivo ha presentado sus principales proyectos para los próximos años en el marco de las ayudas de la UE, y ha desbloqueado la construcción de la segunda fase del Canal de Navarra. Y los asuntos que quedan pendientes, como la renovación del Convenio o la transferencia de tráfico siguen sin concreción.

El relato de Chivite sí sirvo para visualizar el impacto que la covid-19 ha tenido en la gestión ordinaria del Gobierno de Navarra. No hay departamento que de una u otra forma no haya tenido que tomar medidas para hacer frente a la nueva realidad creada desde el pasado mes de marzo. Desde Hacienda hasta Cultura, pasando por Educación y Salud. "La pandemia ha supuesto un reto histórico. Estamos ante una enorme crisis sanitaria que tiene un no menor impacto social, empezando por el coste inasumible en vidas, y un enorme impacto económico", apuntó Chivite para justificar la continua presencia del virus en su discurso de ayer. "Desde marzo es sin duda un factor nuclear en las decisiones que afectan a las políticas públicas si bien, tengo que decirlo, no ha supuesto abandonar prioridades y proyectos que este gobierno ya tenía en marcha o en planificación", argumentó.

La presidenta también habló de infraestructuras, de política fiscal, de educación, desarrollo sostenible, de las transferencias pendientes o de digitalización. Ámbitos en los que sigue trabajando el Gobierno pese a las circunstancias, y que motivaron un debate cruzado entre la presidenta y el resto de grupos, a los que replicó siempre con muy buenas palabras pero con poca concreción. Las mismas dudas que había antes del debate continúan hoy.

Seguramente porque lo urgente puede con lo importante, también en lo que se refiere al debate parlamentario. Y Chivite tenía muy claro cuál era el mensaje que quería enviar ayer el Gobierno, el de que la excepcionalidad sanitaria exige una respuesta conjunta. "En estos tiempos inciertos, tenemos que trasladar serenidad y las certidumbres que podamos, dentro de un marco de incertidumbre mundial", reclamó Chivite, que pidió al resto de partido que contribuyan "desde las instituciones, desde la política, a dignificar nuestra tarea haciéndola más útil, más propositiva y más encaminada al consenso que el disenso". "Hagámoslo por Navarra", enfatizó.

Primer debate. El de ayer fue el primer debate sobre política general de la legislatura, y el primero para María Chivite como presidenta. La jefa del Ejecutivo tuvo una intervención inicial de hora y media.

Pleno con aforo limitado. Las limitaciones de aforo deslucieron notablemente el pleno de ayer. Solo hubo dos miembros por grupo parlamentario, salvo Navarra Suma, que como grupo mayoritario tuvo tres. La presidenta estuvo acompañada por sus dos vicepresidentes, Javier Remírez y José Mari Aierdi.

Sin público. Tampoco hubo presencia de público en la grada, limitada a seis personas. Solo estuvieron la diputada de EH Bildu, Bel Pozueta; y los senadores de PSN, Toni Magdaleno; y Geroa Bai, Koldo Martínez.

Hoy, propuestas de resolución. Tras la jornada de ayer. Hoy se debaten las propuestas de resolución, cinco por grupo parlamentario, que se someterán posteriormente a votación.

Chivite evitó rechazar la oferta de acuerdo que le planteó Navarra Suma, pero las diferencias evidenciadas ayer lo hacen poco viable

Con sus matices y sus diferencias, PSN, Geroa Bai, Podemos e I-E cerraron filas con la gestión del Gobierno

"Esparza no tiene un proyecto alternativo para Navarra, su único discurso es Bildu y ETA"

"Contribuyamos a dignificar

nuestra tarea haciéndola más útil, propositiva y encaminada al consenso"

"La pandemia supone un reto histórico que afecta a toda política pública"