- El amplio escenario de la negociación presupuestaria va acotándose con el paso de las semanas. Si las conversaciones para alumbrar las Cuentas de 2021 -las primeras de la era covid- nacieron con la llamada a un gran consenso entre los grupos, la cercanía de la presentación del anteproyecto de Presupuestos -prevista para mañana- está dejando claro el rumbo que ha tomado la negociación. Y basta con atender a las reuniones que está manteniendo el Gobierno con los grupos para hacerse una idea: mientras que las conversaciones continúan entre EH Bildu y el Ejecutivo -tal y como lo confirmó ayer el portavoz soberanista, Adolfo Araiz-, lo cierto es que Navarra Suma no se ve con la presidenta Chivite desde la sesión del ya lejano 21 de octubre, razón por la que al ser preguntado, el portavoz de la derecha, Javier Esparza, apenas pudo aportar ninguna novedad sobre el devenir de las negociaciones.

Es decir, que los contactos con los grupos de oposición -de los que depende la aprobación de los Presupuestos- se están basando casi en exclusiva en EH Bildu, lo que significa que el Gobierno ya trabaja en una propuesta de izquierdas y que aproveche el mayor techo de gasto para el refuerzo de los servicios públicos. Algo que, por si fuera poco, terminaron por confirmar ayer los socios de Chivite, y especialmente el PSN, que a través de Ramón Alzórriz reiteró que "no se pueden admitir vetos" -mensaje claro a Navarra Suma, que sigue queriendo que se excluya a EH Bildu de la ronda de contactos-, que las Cuentas van a estar dirigidas "a sostener los servicios públicos" -frente a las llamadas a la bajada de impuestos de la derecha- y que si algún grupo quiere quedarse al margen, que lo diga públicamente. Una serie de mensajes que señalan de manera inequívoca a una opción más de izquierdas, en la línea de las Cuentas para este año, y alejada de las fórmulas de la derecha.

De hecho, el portavoz del PSN remató con una frase que es prácticamente definitiva: "Tendría que haber un acuerdo más pronto que tarde". Suena demasiado a decisión tomada, pese a que el mantra socialista sigue siendo el de apelar a la unidad, que es lo que políticamente está aprovechando el PSN, empujado a la centralidad por la oferta excluyente de Navarra Suma.

"Es mejor mirar para qué que con quién", dijo Alzórriz, que señaló a los grupos que "tendrán que decidir si apoyan unas cuentas dirigidas a sostener el sistema publico o si prefieren quedarse al margen" sabiendo que se pretende el fortalecimiento de los servicios públicos y la reactivación económica y social.

Una idea similar sostuvo el segundo socio en importancia, Geroa Bai. "Entendemos que las negociaciones continúan en busca de una ley aprobada por la mayoría, no por las abstenciones, para un compromiso en su desarrollo y un compromiso de estabilidad", subrayó. Son palabras elegidas muy cuidadosamente, no hay nada gratis en ellas. Geroa Bai es el socio que con más claridad está señalando lo que pasa: no se puede caer en la trampa de Navarra Suma, la trampa de una abstención que a la larga erosionará la confianza de los socios, impedirá acuerdos por la izquierda con EH Bildu y condenará a la inestabilidad a Chivite, que vería condicionado su quehacer diario por lo que dijera un grupo de oposición que casi le dobla en escaños y al que le habría reconocido la capacidad de influencia.

Los aliados del Gobierno con menos peso siguieron esa línea. Ainhoa Aznárez, de Podemos, entienda como normal que haya encuentros diarios para que a final de año "tengamos unas cuentas que atienden las necesidades imperiosas de la ciudadanía", tanto sanitarias como educativas o de derechos sociales, y acompañar al pequeño comercio o la hostelería. Por su parte Marisa de Simón, de I-E, vio bien el aumento del techo de gasto porque "permitirá unos presupuestos expansivos", algo que es "un buen punto de partida". Lo que no es un buen punto de partida, para I-E, es una propuesta fiscal que a juicio de De Simón no garantiza los ingresos propios y aboca a los recortes, ya que todo no puede sujetarse con deuda.

Lo interesante es pulsar cómo está la oposición. Y las actitudes no pueden ser más diferentes. Araiz y Esparza, con sus declaraciones, dejan claro qué derroteros van a tomar los Presupuestos. "No hay ningún tipo de acuerdo concreto pero las negociaciones están en buen camino", admitió Araiz, quien aseguró que hay conversaciones e intercambios de documentación. "El diálogo sigue estando ahí y se está concretando en distintas reuniones, intercambios de información y documentación sobre propuestas". La voluntad es buena, pero Araiz dejó claro que su formación ha trasladado al Ejecutivo la necesidad de que el incremento en el techo de gasto -de algo más de 200 millones- se destine a gasto social, algo que tal y como ha publicado este periódico está en la agenda del Gobierno. ¿Tiene EH Bildu la sensación de que el Ejecutivo está en esa clave? Pues Araiz cree que sí, pero habrá que ver el anteproyecto, dijo.

Nada que ver con la actitud de Navarra Suma. Ya no hay conversaciones con la derecha, y Esparza no puede sino repetir como un mantra la misma consigna: que ofrece sus 20 escaños para una abstención en los Presupuestos, que se compromete a dar estabilidad a Chivite si se excluye del tablero político a EH Bildu y que esa oferta estará encima de la mesa hasta el último momento. No deja de ser un pulso por ver quién rompe la baraja antes. Esparza tiene que mantener la oferta, aunque ya suene desesperada porque estaba desactivada por la realidad y el propio Gobierno, que ha rechazado desde el primer momento ese tipo de chantajes. "La decisión está en manos del PSN, de la presidenta Chivite", remarcó Esparza, poco antes de reiterar la "oferta" de su coalición, que dice que daría "estabilidad" al Gobierno. "Va a seguir hasta el último segundo encima de la mesa", zanjó.

Suena demasiado a ultimátum y parece que el Gobierno ha localizado la trampa. Quizá por eso Esparza no se reúne con Chivite desde el 21 de octubre. "No tenemos nueva cita, ni se nos ha llamado para poder sentarnos y hablar", terminó respondiendo Esparza, tras una primera evasiva. Por lo que todo apunta a que la dirección de los Presupuestos ha tomado el camino de la izquierda.

Poca inversión para Navarra. Otras Cuentas, en este caso las del Estado, marcaron ayer el posicionamiento de los grupos. En líneas generales, en lo que coincidieron los grupos es en esperar a conocer el detalle concreto y las enmiendas para emitir un juicio. Pero el proyecto, tal y como está presentado ahora, no convence demasiado salvo a los socios del Gobierno -PSOE y Unidas Podemos-. Barkos (Geroa Bai) dijo que están haciendo un "examen riguroso" aunque creen que en general "no resuelven" las necesidades de Navarra; EH Bildu aseguró que están negociándolas en Madrid; y Navarra Suma, que no cumplen los compromisos del TAV.

"No hay ningún acuerdo concreto, pero las negociaciones van por el buen camino"

Portavoz de EH Bildu

"Se busca sacar una ley de Presupuestos por mayoría, no con abstenciones"

Portavoz de Geroa Bai

"Tendría que haber un acuerdo más pronto que tarde; es más importante el qué que el con quién"

Portavoz del PSN

"No tenemos nueva cita con el Gobierno, ni se nos ha llamado para sentarnos o hablar"

Portavoz de Navarra Suma