- Otro año más el PP ha decidido borrarse de los actos conmemorativos del Día de la Memoria organizados por el Gobierno vasco que este año, y de forma excepcional debido a la crisis de la pandemia, tendrá como escenario la sede de Gogora en Bilbao. El hecho de que el presidente del PP de la CAV, Carlos Iturgaiz, tendiera la mano al lehendakari Urkullu “para remar juntos” se ceñía a las medidas para encarar las derivadas de la crisis social y económica que deja tras de sí la emergencia sanitaria. Resulta evidente que esa mano tendida de los populares no se extiende al Día de la Memoria.

Así, al igual que en años precedentes, el próximo martes, día 10, el PP organizará su propio acto ante el monolito por las víctimas del terrorismo en Vitoria. Los populares siempre han estado en contra de que el acto del 10 de noviembre, la única jornada del año en la que en la historia de ETA no se recoge ninguna víctima mortal de la banda, no se limite a las víctimas del terrorismo y se recuerde también a las víctimas “de motivación política y abusos policiales”. Además, fuentes del PP de la CAV señalaron que no pueden compartir un mismo acto de este tipo con EH Bildu mientras la coalición soberanista no condene el terrorismo de ETA.

El Día de la Memoria del Gobierno vasco tendrá este año por lema Atzera begiratu aurrera jarraitzeko. Mirar hacia atrás para seguir adelante y debido a la pandemia de covid se restringirá la entrada a la sede de Gogora.

El lehendakari Urkullu presidirá el acto, al que también asistirán los dos vicelehendakaris del Gobierno vasco, Josu Erkoreka e Idoia Mendia, y los representantes de los partidos vascos en el consejo de Gogora, a excepción del PP, tal como se ha reseñado.La decisión del PP de no acudir al acto, aunque esperada, se hizo oficial ayer después de que la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, asegurara el pasado lunes en la presentación del Día de la Memoria, que el Gobierno vasco concibe las políticas de memoria como un engranaje que debe aplicarse en positivo, y no para dividir o poner en riesgo la convivencia. De esta manera, destacó que “no ha de ser un arma arrojadiza, ha de ser un instrumento de cohesión”.