- Un vistazo a las declaraciones presentadas basta para darse cuenta de la intencionalidad de una y de otra.

Mientras que la de Presidencia consistía en un texto de mínimos, centrado en el recuerdo de las víctimas y en la adhesión a los actos del 11 de marzo, la de Navarra Suma tenía una innegable intencionalidad política, con apelaciones totalmente fuera de los actos de homenaje que iban a hacer imposible que la declaración viera la luz, sobre todo teniendo en cuenta que desde la última reforma reglamentaria las declaraciones institucionales precisan del apoyo de todos los grupos. ¿Cuál era ese punto? El último de la declaración de la derecha, en el que se exigía una “condena expresa del terrorismo” a todas las fuerzas. Una cláusula que provoca que la declaración decaiga antes de debatirla, porque vuelve a poner el foco en una cuestión semántica que genera tiranteces estériles con la izquierda aber-tzale y que además no ataja el fondo del asunto. EH Bildu y Geroa Bai calaron la estrategia y votaron en contra.

Los tres puntos restantes de la declaración de la derecha decían así. El primero, pedía sumarse al Día Europeo de las Víctimas con un recuerdo especial a las del 11-M y a las de ETA, “que tanto dolor ha causado en nuestra comunidad”. El segundo apartado abogaba por la concienciación y respeto de las víctimas desde la escuela. Y en el tercero se proponía la adhesión a los actos del Gobierno.

Puntos coincidentes con los de Presidencia, a los que la derecha se opuso sin demasiados argumentos. La declaración del Parlamento proponía recordar y reconocer a las víctimas del terrorismo; “promover en todos los ámbitos la cultura de los Derechos Humanos, la democracia y la convivencia, así como impulsar políticas en favor de la dignidad, memoria, empatía y cercanía con las víctimas”; y realizar, junto con el Gobierno, un acto de homenaje y recuerdo a las víctimas del terrorismo en la plaza del Baluarte el próximo 11 de marzo a las 12 horas. Navarra Suma fue el único partido que votó en contra.