- Se cumple un año de la aprobación del estado de alarma en España. Una medida excepcional a la que siguieron otras, también de gran calado, aprobadas de forma urgente para frenar la expansión del virus y mitigar su impacto económico. También en Navarra, donde el Gobierno ha tenido que actuar muchas veces contrarreloj y en minoría parlamentaria, pero que ha logrado sacar adelante todos sus cambios normativos. Tras el ruido y la discusión, a veces sobreactuada, también ha habido mucho consenso. O al menos unidad parlamentaria.

De cada cuatro leyes aprobadas el último año en el Parlamento de Navarra, tres lo han hecho sin oposición, y la mitad han sido aprobadas por unanimidad. Un consenso muy poco habitual, y que evidencia una estabilidad política bastante más sólida de lo que pudiera parecer a la vista del debate político del día a día, al menos en los temas importantes relacionados con la pandemia.

Desde aquel 14 de marzo se han aprobado en el Parlamento de Navarra 20 proyectos de ley. Una cifra similar a la media de los últimos años, aunque en esta ocasión vinculados mayoritariamente con la situación sanitaria. De ellas 10 se han aprobado por unanimidad, y solo cinco han tenido un voto en contra, el de Navarra Suma, que se ha desmarcado de la mayoría parlamentaria en cuestiones de carácter más económico.

Algo similar ha ocurrido con los decretos-ley aprobados este año. Una fórmula legislativa excepcional que permite al Gobierno acelerar los plazos y aprobar el cambio legal sin pasar por el Parlamento, y que este año se ha utilizado de forma recurrente con motivo de las urgencias provocadas por la pandemia. De los 11 decretos ley aprobados seis se han convalidado después por unanimidad. Y solo dos han tenido el voto en contra de Navarra Suma, que en las últimas votaciones ha optado por marcar distancias con el Gobierno.

El decreto de alarma aprobado hace ahora justo un año ha cambiado de forma radical la forma de vida y las costumbres del día a día. También en lo que se refiere a la actividad parlamentaria, que ha limitado aforos, ha reducido sesiones y, sobre todo, ha acotado la variedad de debate legislativo. Acostumbrado a propuestas sobre temáticas variadas, en el último año la cuestión sanitaria ha centrado la mayoría de las leyes.

De las 20 modificaciones normativas, siete han estado directamente vinculadas con la pandemia, y todas se han aprobado sin votos en contra. Otras siete han sido trámites administrativos sin valor político, y cuatro de contenido económico. Entre estas últimas se incluyen los presupuestos, los cambios en la normativa fiscal, la supresión del IAE y la ley contra la deslocalización. En todas ellas se ha desmarcado Navarra Suma, que votó en contra de tres y se abstuvo en la del IAE.

La pandemia no ha dado mucho margen para abrir nuevos debates en una Cámara legislativa en la que, de facto, solo hay un partido en la oposición. De los seis grupos parlamentarios, cinco de ellos forman parte de la mayoría parlamentaria. Cuatro -PSN, Geroa Bai, Podemos e I-E- son firmantes del Acuerdo Programático, y EH Bildu es el socio parlamentario en las cuestiones más importantes. Lo que deja la oposición efectiva a Navarra Suma. La derecha sin embargo ha optado por una oposición de control y crítica con el Gobierno, renunciando en buena medida a propuestas legislativas condenadas al fracaso por falta de apoyos.

De hecho, todas las leyes aprobadas han venido de la mano del Gobierno salvo tres. Una propuesta por la propia mayoría que sostiene el Gobierno (reforma del reglamento), otra por EH Bildu (contra las deslocalizaciones empresariales), y otra como consecuencia de mayorías variadas en comisión parlamentaria (financiación de la enseñanza). Por contra, el Parlamento ha rechazado cinco proposiciones presentadas durante este año de pandemia. Dos de EH Bildu (Ley de Residuos y el recargo temporal en determinados impuestos), y las tres de Navarra Suma (una reforma en el sistema integrado de atención sociosanitaria, diversas medidas de conciliación y el cambio en la ley de Estadística para mayor transparencia).