Patxi Zamora Aznar (Pamplona, 13 de abril de 1965) todavía digiere la noticia que conoció hace un par de días: el Gobierno de España ha reconocido que los motivos por los que la Guardia Civil le retiró la tarjeta aeroportuaria que necesita para trabajar fueron puramente ideológicos. "Esto lo cambia todo", repite, un poco como si todavía no se lo creyera, mientras da caladas a un purillo que se fuma a contrarreloj antes de la entrevista. La confesión del Gobierno, que se ha producido en una respuesta escrita a una pregunta formulada por el diputado Íñigo Barandiaran (PNV), abre la posibilidad de que la pesadilla que vive desde enero de 2018 -cuando Iberia le despidió por no tener la acreditación para volar- esté próxima a acabarse. Va a ser un "follón jurídico", reconoce que le dicen sus abogados. Pero la noticia le ha insuflado esperanza para seguir y volver a pelear el caso en todos los frentes. "Expertos en derecho laboral me dicen que no hay un precedente de despido ideológico tan claro como este. Y vamos a ir hasta el final".

¿Cómo está?

-Contento. Esto cambia todo el panorama jurídico del caso, porque la respuesta es más propia de un Estado predemocrático. Si toda la acusación es que en su día me presenté en unas listas electorales legales y que por eso la Guardia Civil provoca mi despido... En un Estado democrático no puedes estar en manos de un cuerpo policial, de una herramienta pública, que en lugar de defender a los ciudadanos se dedica a intentar destrozar la vida de personas porque no le gusta una ideología concreta.

¿Le sorprende que reconozcan de una forma tan impúdica que solo tienen motivos ideológicos contra usted?

-Creemos que se han visto acorralados. Habían planteado esta canallada para hacernos creer que nos enfrentábamos a un muro infranqueable y que nos íbamos a cansar. El apoyo de la gente en la calle, las iniciativas del PNV, EH Bildu y Podemos, y la presión en Europa, creo que ha hecho al Gobierno pensar que no podía alargar esto en el tiempo. Se han visto abocados a asumir lo que venimos denunciando desde el primer día.

¿Esta respuesta supone un antes y un después en el proceso?

-Desde luego. No soy jurista, pero por lo que me dicen esto va a cambiar radicalmente todo el panorama jurídico, porque las razones ya están encima de la mesa y son una respuesta oficial del Gobierno del Estado. Los abogados están trabajando y haciendo consultas. Es un tema complejo. Pero no existe un precedente de despido por motivos ideológicos tan evidente como este.

¿Sus abogados son optimistas?

-Sí. La situación es muy esperanzadora. A mí me han condenado sin juicio y sin acusación, ¿de qué te defiendes en un caso así? Ahora eso cambia. Ahora ya no tenemos que defendernos, tenemos que pasar a la ofensiva. Han reconocido que el despido se provoca por motivos ideológicos, y eso es algo absolutamente ilegal. Jurídicamente no voy a meterme al análisis, pero los abogados son muy optimistas, porque se abre una senda en ese cenagal en el que hasta ahora era imposible moverse.

¿Cómo se explica que el Gobierno le diga que en su caso debe hacer una inspección "reforzada" de sus antecedentes cuando no tiene ninguno?

-En enero de este año el Gobierno intentó modificar la ley por la que la Guardia Civil no tiene por qué motivar la retirada de estas acreditaciones. Ahí empecé a sospechar que podría cambiar algo. Cualquier hecho en la Administración tiene que estar motivado, no puede ser que la Guardia Civil decida quién trabaja y quién no, pero que luego sean las empresas las que despidan y la Guardia Civil se lave las manos. Si toman la decisión, asuman las consecuencias. Y los responsables son los servicios de información de la Guardia Civil. Vamos a exigir responsabilidades: quién ha hecho esto y por qué. Y esto ya no puede tratarse de un error, porque un error se aclara en el primer minuto.

El argumento es que se presentó por las listas de ANV en 2007.

-Primero, el Gobierno está equivocado cuando hace esa afirmación. Así como hubo otras que no, precisamente la lista en la que yo me presenté fue legal [cabeza de lista de ANV en el Ayuntamiento de Zizur]. Esa es la razón por la que me quitan la tarjeta, y tampoco sé qué consecuencias tiene eso. ¿Y si me quiero presentar a unas oposiciones? ¿Puedo? ¿Puedo trabajar para la Administración? Además, lo que se ilegaliza después es el partido, no a las personas que van en las listas. Vamos, después fui candidato al Senado por una candidatura conjunta [En 2015, por Cambio-Aldaketa, cuando recibió casi 94.000 votos].

El Gobierno se remonta a 2007 para justificar su despido. Desde ese momento hasta que le retiran la tarjeta aeroportuaria por considerar que es "próximo a entornos potencialmente peligrosos" pasan diez años. La tesis no cuadra para nada.

-Demuestra la incompetencia absoluta de quienes están detrás de esto. Para empezar, la frase "próximo a entornos potencialmente peligrosos" es antijurídica, es no decir nada. Pero es que yo, durante esos diez años, he volado en el avión con la reina, con las infantas, con Aznar... les he atendido como a cualquier otro pasajero y sin ningún problema.

¿Qué queda pendiente del procedimiento judicial?

-Ahora mismo, el Supremo tiene que decidir si devuelve el caso al Tribunal Superior de Justicia de Madrid o, en caso de no darnos la razón, si tenemos que ir a otra instancia. La cosa es que esta noticia cambia nuestra estrategia, porque ya no se trata de denunciar indefensión, sino un despido por motivos ideológicos. Los abogados están estudiando cómo darle la vuelta.

¿Desde el punto de vista político, no tendría el ministro del Interior que dar explicaciones por esto?

-Hay preguntas en marcha de PNV, EH Bildu, Unidas Podemos y la CUP en el Congreso. Y en el Senado, Koldo Martínez (Geroa Bai) está a punto de colocarlas. Supongo que ahí se debatirá y será donde se exijan responsabilidades políticas. Vamos a intentar también volver a Bruselas, a la comisión de quejas de la Unión Europea, donde por cierto nuestras peticiones han sido bloqueadas por Dolors Montserrat y Juan Ignacio Zoido, que hoy son eurodiputados del PP pero entonces eran ministros del Gobierno cuando me echaron.

Son tres años de pelea, dos de ellos en el paro. El desgaste personal es enorme. Llegados a este punto, ¿da esperanza una noticia como esta?

-En lo personal, me da tranquilidad. Y al entorno desde el que lo hemos peleado, nos da una fuerza tremenda. Porque es reconocer lo que llevamos denunciando desde el minuto uno. Vamos a ir hasta el final, porque lo que tenemos en las manos es una victoria en toda regla.

¿Ve la luz al final del túnel?

-A mí me han hecho una canallada, he sufrido un perjuicio brutal. Me han despojado de mi derecho a trabajar. Yo, en este momento, y por cómo es mi trabajo, ya tendría que estar jubilado. Tras 31 años de trabajo sin tacha, tras miles de horas de vuelo. Y lo que me encuentro es que he estado dos años en paro y sin cotizar, y que voy a tener que trabajar hasta los 67 años.

LAS FRASES

"NO EXISTE UN PRECEDENTE DE DESPIDO IDEOLÓGICO TAN EVIDENTE COMO ESTE"

"LOS RESPONSABLES SON LOS SERVICIOS DE INFORMACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL Y VAMOS A IR HASTA EL FINAL"

"LA RESPUESTA CAMBIA NUESTRA ESTRATEGIA; YA NO DENUNCIAMOS INDEFENSIÓN, SINO UN DESPIDO IDEOLÓGICO"