Navarra Suma ha vuelto a mostrar sus recelos con respecto a la asunción de nuevas competencias por parte de la Comunidad Foral.

En pleno debate sobre las transferencias, bloqueadas durante veinte años y que ahora han vuelto a la primera línea con los traspasos de la sanidad penitenciaria y Tráfico para final de año, la coalición dirigida por Javier Esparza se ha desmarcado del resto de grupos y ha demostrado que el desarrollo del Amejoramiento no está entre las prioridades de su agenda.

De hecho, mientras que PSN, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E saludaron la noticia y esperan que esto abra la espita para más competencias, Esparza volvió a utilizar el debate competencial para atacar al Gobierno de Chivite, al que reprocha que el PNV le marque la agenda de traspasos.

Que el desarrollo del autogobierno en forma de más competencias no interesa a Navarra Suma es algo obvio si se atiende a las palabras de su portavoz. Sobre Tráfico, Esparza volvió a repetir que lo que la derecha quiere es que la prestación del servicio se siga haciendo de forma compartida entre la Guardia Civil y la Policía Foral, como hasta ahora. Es decir, que no quieren que el cuerpo autonómico la gestione en exclusividad, una competencia histórica que en su día arrebató el franquismo a la Policía Foral, nacida precisamente para el cuidado de las carreteras.

Supone un cambio de discurso histórico en la derecha. Es difícil determinar qué influencia ha tenido en el discurso regionalista la coalición de UPN con el PP más centralista que se recuerda y los antiforalistas de Ciudadanos. Pero lo que está claro es que los regionalistas, en 1994, pedían en el Parlamento que la Policía Foral gestionara en exclusividad Tráfico. Miguel Sanz, de hecho, asumía con normalidad que la competencia para Navarra iba a provocar que la Guardia Civil tuviera menos presencia.

Y, con respecto a la sanidad penitenciaria, Esparza ha vuelto a darle la vuelta al discurso. En lugar de congratularse por que se haya oficializado algo que, por otra parte, ya era una realidad en el día a día de las cárceles, el portavoz derechista ha dicho que detrás de esta competencia hay una estrategia encaminada a tener el control de las prisiones y así acercar y excarcelar cuanto antes a los presos de ETA. Esta teoría es en la que se apoya Esparza para negarse en redondo a que Navarra asuma la gestión de Prisiones, aunque la competencia esté recogida en el Amejoramiento.

Dos ejemplos que dan muestras de las incoherencias internas que vive la coalición de derechas cuando toca ampliar el autogobierno, uno de los talones de Aquiles de la aventura conjunta entre UPN, PP y Ciudadanos.