- Dos años de legislatura marcados por el “pacto vergonzante” con EH Bildu. Javier Esparza comenzó su rueda de prensa reiterando la crítica que viene sosteniendo desde 2019. Esparza combinó en su balance el discurso de las esencias con una crítica frontal al Gobierno de Navarra en la gestión de la pandemia. Pero antes de hablar del virus y de analizar el panorama económico y social, Esparza había a los socialistas de “traicionar a sus propios votantes”, de “echarse al monte”, o de “regar con dinero público a chiringuitos del nacionalismo e independentismo vasco”, además de acusar al Gobierno de haberles “excluido” en el Plan de Convivencia.

Para Esparza la actual legislatura se sintetiza en “más Bildu y menos Navarra, más sanchismo y menos liderazgo, más deterioro y menos progreso”. El presidente de UPN centró bastantes de sus críticas en la presidenta María Chivite a la que criticó por su “seguidismo absoluto de Madrid. “Se está conformando con lo que Pedro Sánchez nos quiera dar, sin exigirle ni defender Navarra”. Censuró a la presidenta por ser “una réplica de Pedro Sánchez y de sus políticas, por lo tanto de su falta de credibilidad y de su sometimiento a los independentistas para ocupar el sillón”. También dijo haber “visto una presidenta humillada por el PNV, que se ha erigido como interlocutor válido a la hora de traspasar competencias como tráfico o el Ingreso Mínimo Vital”, y volvió a hablar como ya lo hizo en 2019 de que hay muchos votantes del PSN “decepcionados”.

Para Esparza, las “diferencias” entre los socios del Gobierno “están frenando muchas iniciativas”. Y censuró “soberbia”, “falta de diálogo” y hasta “oscurantismo” por parte del Ejecutivo foral, además de su “macroestructura”. “No escuchan absolutamente nada”. En esta línea, volvió a esgrimir su “propuesta de aprobarle los Presupuestos de 2021” y “darle estabilidad” hasta 2023 con la condición de que “no estuvieran las políticas radicales de EH Bildu”, pero “no quiso”. Esparza renovó esa estrategia de supuesta mano tendida a partir de cuatro condicionales preparados para el argumentario: “Si se separa de sus socios, si se separa de esa sumisión permanente a lo que diga Pedro Sánchez, si ponen en marcha de una vez políticas propias que defiendan los intereses de todos los navarros, si aprovecha el régimen foral para fortalecer Navarra; desde luego podrá contar con nosotros”.

El portavoz de Navarra Suma habló del crecimiento del desempleo “8.500 parados más que en 2019”, del IRPF “somos los españoles que más pagamos”, y de un “deterioro de Navarra en el atractivo para invertir y generar empleo, de buena parte de los servicios públicos, de derechos, en especial aquello que tiene que ver con la libertad para elegir el modelo educativo para tus hijos; y de valores éticos”.

Si bien reconoció el impacto de la pandemia, Esparza resaltó que comparativamente “no es ninguna excusa”. Cree que la crisis sanitaria “ha agudizado problemas que ya estaban y a los que el Gobierno no estaba sabiendo dar respuesta desde el inicio de la legislatura”.

Al respecto, destacó el “descontento” de profesionales y ciudadanía por la atención no presencial. “Todavía el 60% consultas de Atencion Primaria no son presenciales”, denunció. Igualmente, criticó la “falta de médicos” en Atención Primaria y de pediatras, y afirmó que el 60% de niños de la Ribera no tienen uno de referencia. Además subrayó el “empeoramiento paulatino desde 2018” de la lista de espera para consultas, “solo cinco comunidades tenían en diciembre un tiempo peor que Navarra”.