Segundo bloque de entrevista a Arnaldo Otegi, que advierte al ser preguntado por el futuro en Navarra: “No se puede seguir tratando a EH Bildu como si fuera una fuerza que tiene que demostrar no sabemos qué cosas. No vale decir EH Bildu me vale para los Presupuestos, pero no para estar en gobiernos. Esa es una lógica que hay que superar, con tiempo y con paciencia, y veremos si es posible hacerlo ahora”.

Tienen una entente con ERC, que recibe críticas muy duras de un sector del independentismo.

-Nosotros siempre tratamos de mirar Catalunya con mucho respeto, y nunca hacemos un juicio político sobre quién tiene más razón y quién menos. Tenemos un acuerdo estratégico con Esquerra Republicana, porque compartimos con ellos una determinada estrategia.

¿Cuál?

-De ser cada vez más gente, cada vez más imprescindibles, parecerte cada vez más a tu país, y generar las condiciones que permitan avanzar nacionalmente.

¿Cuál es el encaje de Navarra dentro de Euskal Herria, 40 años depués de la Lorafna?

-Un Amejoramiento que no fue refrendado por la gente. No se sometió a referéndum. Por tanto, tiene esa parte de déficit democrático, independientemente que después los que lo han defendido hayan obtenido mayorías. Y se cumplen quinientos años de Amaiur. Nosotros hemos hecho una propuesta confederal. Entendemos que la confederación puede ser un buen proyecto para el conjunto de territorios vascos o vasconavarros. Hace tiempo que dijimos que Navarra estará donde quieran estar los navarros y las navarras. Por lo tanto, la decisión corresponde a Navarra. ¿Qué modelo de relación quiere con el resto de territorios con los que comparte cultura, idioma, etcétera? Para nosotros una relación confederal podría servir para dar soporte a un proyecto nacional llamado Euskal Herria o Navarra, me da igual el nombre.

El espacio abertzale dibuja un techo que no termina de romper.

-El espacio abertzale ha crecido, pero la realidad en Nafarroa es muy plural. Navarra no va a tener nunca reconocida su capacidad de decisión salvo en el proyecto nacional llamado soberanista llamado Euskal Herria. Es el proyecto nacional vasco el que le concede a Navarra el derecho a decidir. Jamás va a haber un proyecto español que se lo conceda. Jamás, entre comillas, porque nunca se sabe. Pero la capacidad de decisión máxima que puede alcanzar Navarra como territorio solo se puede dar en Euskal Herria. España no le va conceder eso. Y luego, hay cosas de sentido común. Con los grandes retos que tenemos por delante a escala planetaria, pensar que divididos los vamos a hacer frente mejor, me parece un error. Por eso creo que hay sectores que sin ser abertzales, las encuestas dicen eso, no tendrían demasiado inconveniente en un espacio común en la medida en que los navarros decidan cuándo, de qué manera y con qué condiciones.

¿En la próxima legislatura se mantendrá esa disposición a colaborar con un Gobierno en esta línea?

-Disposición va a haber, pero tiene que ser un Gobierno que camine.

¿Y este cree que camina?

-En algunas cosas sí, y en otras en dirección que no nos gusta, por ejemplo la ley del euskera. Es evidente que nosotros tenemos interés en que exista un Gobierno digamos de progreso en Navarra. Pero para que exista tiene que progresar. En temas consustanciales a lo que pensamos, a lo que piensa Geroa Bai e incluso sectores de Podemos e Izquierda Unida. En lo social, en una relación lo más natural posible con el resto de territorios, o en la actualización de un marco jurídico que no fue refrendado.

El 17 celebran Aberri Eguna en Pamplona. Llamada a la paz, soberanía y democracia.

-Este capitalismo alocado que se ha instalado en el planeta nos puede conducir al colapso, bien sea por una crisis climática o por una conflagración nuclear. Eso está encima de la mesa desde que Rusia invade Ucrania. Por eso nos hemos opuesto al envío de armas. Tengamos la sensatez suficiente como para pensar que hay un presidente en Rusia que tiene 6.000 ojivas nucleares. Eso cambia el terreno de juego. Si ese Estado se empantana en Ucrania puede tener una tentación, que nos lleva a todos al colapso. La paz, el desarme, tienen que formar parte de la cultura de reivindicación de la izquierda. Y el futuro va a ser un mundo más inestable y más peligroso. El debate fundamental en los próximos años va a estar entre democracia y autoritarismo. Y entre si deciden los pueblos o las élites. Hemos querido enmarcar este Aberri Eguna en los 500 años de Amaiur, pero también en la coyuntura actual, muy preocupante, de escalada militar en las puertas de Europa.