Con los nervios lógicos de la noche electoral y un ambiente desangelado, con muchos menos afiliados que otras veces, UPN sigue en un hotel de Pamplona los resultados de unos comicios que lo van a volver a situar como la fuerza más votada de Navarra.

Javier Esparza, presidente del partido y cabeza de lista en Navarra, y Cristina Ibarrola, candidata a la alcaldía han llegado hacia las nueve de la noche al Hotel, desde donde siguen el avance del recuento, que les asegura la alcaldía de Tudela y que los coloca en estos momentos en cabeza del escrutinio de Pamplona.

Los dos candidatos de UPN se encuentran en una sala privada, acompañados de sus responsables de campaña y de otros colaboradores y afiliados cercanos. En la sala principal, sin embargo apenas una decena de personas, al margen de los periodistas, consulta los resultados desde sus teléfonos móviles.

UPN tiene el reto de, al menos, sostener los 15 escaños que logró el solitario en 2015, en la primera oportunidad de Esparza, en un contexto muy diferente al actual. El desgaste del Gobierno, la crisis económica, los recortes y el hundimiento de Caja Navarra habían dejado muy tocada a la formación regionalista.