pamplona - El premio Coagret es una distinción a "una trayectoria individual", aunque su quehacer ha sido más colectivo y en la sombra que recogiendo galardones y saliendo en la prensa....

-Yo siempre he trabajado en diversos colectivos, y en el caso del agua que nos ocupa, soy socio de la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA) y participo en la plataforma URA de Navarra. Para mí no es ningún sacrificio participar en los movimientos sociales, por el contrario, aprendo y disfruto, ese es el mayor premio y gracias a una trayectoria colectiva.

Lumbier, Itoiz, Yesa..., ¿qué tiene en contra de los pantanos?

-Los romanos ya hacían embalses y canales, y han sido necesarios para el abastecimiento y para el riego, pero hoy, los grandes embalses han dejado de tener sentido. En primer lugar porque hay demasiados, España bate también el récord de grandes embalses por habitante y por Km2,. Hoy lo realmente escaso y valioso es un río en buen estado y el Irati era el último gran río pirenaico sin grandes embalses y lo perdimos. No tiene sentido hacer más embalses porque tenemos resueltos la mayor parte de los abastecimientos y el riego de las mejores tierras. Las costosas inversiones públicas en regadío ya no tienen la justificación social de hace 50 años, cuando más del 50% de la población vivía del campo. Hoy responden a los intereses de las grandes constructoras, de las eléctricas y también de las empresas multinacionales que esperan convertir el agua privatizada en negocio. Lo lamentable es que utilizan a los agricultores como bandera para justificar las obras.

Normalmente las luchas ecologistas han tenido la coletilla del anti"..., sin embargo hace tiempo que viene trabajando en la idea en positivo de "una nueva cultura del agua"... ¿Qué es eso?

-Es una nueva forma de gestión del agua y de los ríos. Hasta fechas recientes, se concebían los ríos como canales y alcantarillas y la gestión del agua se basaba en costosas obras hidráulicas subvencionadas. En los años 80, California fue el primer estado donde se cambió esta política; y los que lideraron el cambio no fueron los ecologistas, sino los economistas, por la sencilla razón de que este modelo de gestión sale muy caro, y porque se carga además la gallina de los huevos de oro, es decir los ríos. Decidieron no construir más embalses ni trasvases entre el norte y el sur, iniciando una nueva política basada en la racionalización económica, el ahorro y la eficiencia, los bancos de intercambio de agua y los cambios culturales. Hoy en Los Ángeles se considera hortera poner césped en el jardín y lo que mola son los jardines japoneses o mediterráneos de escaso consumo de agua. Han demostrado también que, en años de extrema sequía, es mejor indemnizar a los agricultores por dejar de regar, que construir nuevas infraestructuras. La nueva cultura del agua es todo eso y algo más: defendemos los ríos porque son la garantía de seguir disfrutando de un uso sostenible del agua y también porque, como decía Unamuno, "los ríos son el alma del paisaje" y del paisanaje, añadiríamos algunos.

Precisamente en Navarra lo que se ha estilado en los últimos años ha sido la cultura de la cemento más que del agua...

-Efectivamente vamos contra un sistema que prioriza las inversiones en cemento recortando las prestaciones sociales, educativas y sanitarias. Tienen razón los manifestantes que gritan que este gobierno tiene el corazón lleno de hormigón, siguen erre que erre con un AVE que no va a ninguna parte, con una ampliación del canal para regar lo ya regado y, ¡sorpresa!, ahora quieren resucitar la urbanización de Guenduláin. Las grandes obras públicas han originado una enorme deuda. Solo el peaje en la sombra de la zona regable del canal va a suponer 21,5 millones al año, casi medio millón a la semana.

El movimiento en contra de grandes obras públicas se suele asociar a manifestaciones y pancartas, pero ligado la fundación Nueva Cultura del Agua aparecen también profesores de universidad, expertos... Usted mismo trabaja -o trabajaba- en el Crana.

-Efectivamente, buena parte de los miembros de la FNCA somos técnicos y expertos en gestión del agua, hay bastantes profesores de universidad, algunos de ellos catedráticos como Narcis Prat y Javier Martínez Gil. Una de nuestras actuaciones más significativa es dar apoyo técnico a los movimientos sociales ligados a los conflictos del agua. Pero tenemos también un perfil académico, cada dos años celebramos un congreso sobre gestión del agua, mantenemos un observatorio de seguimiento de las políticas del agua, ? y tenemos también un perfil cultural promoviendo el cambio de valores y una visión holística del el agua y de los ríos.

En torno a este recurso se han dado diversas polémicas con argumentos sobre solidaridad y derechos contrapuestos especialmente con motivo de embalses y trasvases. ¿El agua para quien le llueve?

-Ni para quien le llueve, ni para todo. Nuestro punto de partida es que el agua y los ríos son bienes públicos. Establecemos una jerarquía de prioridades que explico a continuación: Hay asuntos prioritarios, como el agua necesaria para mantener la naturaleza y sobre todo ese mínimo vital para los pobres del mundo de 60 litros por habitante y día. El agua para la vida hay que considerarla como un derecho universal que hay que asegurarla por encima de todo. El agua para el abastecimiento y el saneamiento lo consideramos como un derecho social a defender. No debe ser objeto de negocio y la gestión debe de ser pública y participativa, pero también eficiente. En este ámbito podrían incluirse también los regadíos tradicionales con función social. Pero si el agua es para negocio, para grandes regadíos, nuevas urbanizaciones. Es un derecho económico, no lo vamos a negar, pero defendemos que es aquí donde hay que aplicar las leyes del mercado, sin subvenciones y con recuperación de costes. Mientras los paguemos entre todos, seguirán demandando más embalses y trasvases, cuando los tengan que pagar íntegramente se lo pensarán mejor y se les calmará la sed.

El agua es vida, pero también como dice es negocio y dinero, no sólo la construcción de infraestructuras.... ¿Será pronto un bien privado o motivo de guerras?

- Espero que no sea causa de guerras, pero el dilema entre la gestión pública o privada del agua es motivo de especulación y de conflictos en todo el mundo y especialmente en América Latina. La batalla ya ha comenzado: por un lado las empresas multinacionales que ven en la privatización del agua "una gran oportunidad de negocio" (entre ellas Acciona y Abgar, con en el Canal de Navarra); por el otro los movimientos sociales que consideran el agua y los ríos como un bien público y en consecuencia defienden una gestión pública y participativa. En España, el Gobierno está promoviendo la nueva Ley de Régimen Local que limitará las competencias municipales en la gestión del agua y facilitará las privatizaciones. Pero también empieza a haber resistencias: en Alcazar de San Juan y en Jerez de la Frontera los movimientos sociales están paralizando los intentos de privatización. A primeros de este mes de mayo, en Zaragoza más de 20 organizaciones han firmado un compromiso por la gestión pública y participativa del agua. Lo destacable son las firmas, desde Ecologistas en Acción hasta el PSOE, pasando por UGT y Coagret. Una iniciativa interesante, muy a tener en cuenta

El premio Coagret distingue su "trayectoria destacada en la defensa de los ríos, los derechos de los afectados por Itoiz, Yesa....". ¿De derrota en derrota hasta la victoria final?

-El tiempo nos va dando la razón, muchas de las propuestas ecologistas como la energía eólica, la promoción de la bicicleta, el consumo de productos cercanos, eran consideradas utópicas hace 20 años y hoy están asumidas por buena parte de la población. En lo que se refiere al agua hay que desatacar la legislación europea: la Directiva Marco del Agua (DMA), que se aprobó en el año 2000, intenta romper con las políticas anteriores, poniendo como prioridad el buen estado ecológico de los ríos. La lástima es que en España se están pasando la directiva europea por el arco del triunfo. Pero ya que mencionas la "victoria final", tal como están las cosas en el mundo se necesitan grandes cambios para alcanzar una sociedad más igualitaria y sostenible, Para muchos de nosotros, la nueva cultura del agua se enmarca en los movimientos a favor de un cambio global.

Precisamente dos de las grandes obras que quedan abiertas tras la época dorada del desarrollismo navarro es el Canal de Navarra y el recrecimiento de Yesa. Dos grandes proyectos que empiezan a atascarse... ¿Se recrecerá Yesa?

El recrecimiento de Yesa es un despropósito que se debe paralizar. Las obras de recrecimiento han aumentado la inestabilidad de las laderas y, a pesar de los millones invertidos, no consiguen detener los deslizamientos. La CHE argumenta que la presa recrecida sostendrá las laderas, y sorprende porque las laderas sirven para sostener la presa y no la presa para sostener las laderas. El riesgo es real, puede ser poco probable, pero real y con la seguridad de la gente no se debe jugar. Estos días circula por Internet un video con la simulación de la inundación producida por una rotura de la presa, es escalofriante. Lo lamentable es que el gobierno de Navarra calla y otorga. También hay que hablar de los usos del embalse, según el Plan Hidrológico entre los objetivos del embalse está la puesta en riego de 8.000 has en Navarra ¿alguien ha visto algún plano, algún anteproyecto de estas 8.000 Has? Pues no, no existen, lo mismo pasa con los regadíos que dicen van a ampliar en Aragón y con el abastecimiento de Zaragoza que ya está resuelto. No se han molestado ni en hacer el paripé. Quieren recrecer Yesa para otros fines, principalmente los trasvases hacia el litoral que permitan hacer negocio con el agua.

El Canal de Navarra, "un binomio indisoluble" para justificar el polémico embalse de Itoiz, también vive envuelto en la polémica. Una segunda fase de ampliación de la primera fase sacada un tanto de la manga con una respuesta muy desigual entre regantes, el peaje en la sombra...

-Está pasando lo que ya dijimos en el Infome Itoiz 94 sobre los usos del canal y embalse: Que primero diseñaron el embalse y luego le buscaron los usos. Decíamos también que las demandas de abastecimiento estaban infladas, que buena parte de las 58.000 Has a regar no reunían condiciones de calidad y que la rentabilidad económica y social era más que dudosa. Pedíamos la paralización del proyecto, que se hiciera un estudio de necesidades, que se consideraran todas las alternativas. Y que era más lógico y seguro invertir en la mejora de las 70.000 Has de regadíos que ya existían, con capacidad sobrada de abastecer a la tan cacareada industria agroalimentaria. Pero no hicieron ningún caso, por el contrario el llamado binomio Itoiz-Canal de Navarra se convirtió en una bandera política y los que nos oponíamos éramos, simplemente, malos navarros Ahora, 20 años después: la planta potabilizadora de Tiebas (con un coste de 26 millones y un canon anual de un millón) sólo funciona durante un mes en verano para que no se oxiden las máquinas. En la primera fase se han puesto en riego menos superficie de la prevista. Los costes y la deuda se han disparado. No se han generado puestos de trabajo y la industria agroalimentaria ha ido a menos. Cuando se acabó la primera fase era un buen momento de analizar los resultados y reflexionar sobre el futuro. Desgraciadamente han emprendido una huida hacia adelante, buscando desesperadamente nuevos clientes a quien vender el agua del canal, a la par que aumentan la deuda. Una buena muestra es la ampliación de la primera fase, que va a poner en riego lo ya regado en las riberas del Arga y del Ega, lo que está provocando la oposición de los regantes tradicionales de Lerín y de otros pueblos.

Pero ¿algunos beneficios habrá traído, tanto en el abastecimiento como en el riego?

-Pues sí, hay bastantes municipios de la ribera del Arga y del Cidacos que han mejorado sensiblemente la calidad del agua de boca, es una mejora sustancial y no hay que negarlo, pero se podrían haber buscado alternativas mucho más baratas. Para este viaje no hacía falta semejante alforja. Por otra parte, aunque no se haya generado empleo en el campo, no podemos negar que hay agricultores que sacan más beneficios del regadío, al menos mientras se mantengan altos los precios de los cereales, pero es a costa de que la mayor parte del proyecto lo paguemos todos los navarros y navarras. No pretendo culpabilizar a los agricultores, al fin y al cabo sólo les dieron la oportunidad de elegir entre la puesta en riego o la expropiación. Muchos agricultores ya son conscientes de que el proyecto Itoiz-Canal de Navarra se ha convertido en un pozo sin fondo que está comiendo también los presupuestos del Departamento de Agricultura,

Pero en la Ribera Sur están bebiendo agua de mala calidad que se espera resolver con el canal

-Viene muy a cuento que hablemos de este asunto y me atrevo a afirmar que la promesa de abastecimiento, desde la segunda fase del canal, a Tudela y su Ribera está impidiendo otras soluciones menos costosas, más lógicas y más rápidas. Y esto es grave porque aquí sí que hay un problema real: se está tomando agua de mala calidad del acuífero del Ebro y del canal de Lodosa. El ingeniero Francisco Galán propuso en 1987 un proyecto para abastecer de agua potable a toda la Ribera Sur con las aguas del embalse de El Ferial en las Bardenas, que se llena con aguas de calidad procedentes de Yesa. La propuesta se desestimó argumentando, entre otras cosas, que vendría el agua de Itoiz. Posteriormente, en 1993, comenzaron las obras del embalse del Val, junto a Tarazona, lo que posibilitaba nuevas concesiones de agua del río Queiles, de muy buena calidad. El Gobierno de Navarra no aprobó la financiación solicitada para un proyecto de abastecimiento de la Mancomunidad del Moncayo, que agrupa a varios municipios riberos, argumentando de nuevo que ya estaba previsto el abastecimiento desde el Canal de Navarra. Han pasado más de 20 años y la segunda fase del canal no llega y lo más probable es que no llegue nunca, pero habrá que buscar soluciones para este problema que se va enquistando. Es un ejemplo más de que la política hidráulica y agrícola de Navarra está supeditada al proyecto Itoiz-Canal de Navarra. Es el momento de una moratoria del proyecto, de poner encima de la mesa las necesidades reales y las alternativas de solución y acordar una política hidráulica y agrícola acorde con la realidad. Debería ser uno de los temas que aborde el parlamento foral que surja de las próximas elecciones.

¿El medio ambiente es uno de los principales paganos de la crisis cuando llega la hora de la tijera?

-En Navarra es así, se está desguazando una política y gestión ambiental que estaba dando buenos resultados en determinados campos. Hay muchos ejemplos: el presupuesto de Medio Ambiente se ha reducido a la mitad, despidos masivos en Ganasa, cierre del Crana, recortes drásticos en el guarderío forestal y de caza y pesca. En el departamento de Agricultura se han eliminado las ayudas a la agricultura ecológica y a la ganadería extensiva. El Gobierno de Madrid va marcando camino: la supresión de primas a las energías renovables, la reforma de la Ley de Costas del que abre la puerta a nuevas urbanizaciones, la reforma de la Ley de Evaluación Ambiental que permite aprobar los trasvases por decreto, los planes hidrológicos, entre ellos el del Ebro, que restringe los caudales y aumenta el consumo de agua en nuevos regadíos, la reforma de la Ley de Régimen Local ya mencionada, ? Una auténtica ofensiva que no se justifica con la crisis. Pero lo que llama la atención es que en Europa de seguir así, vamos a ir dando traspiés, perdiendo oportunidades y quedándonos en el furgón de cola. Es otro de los temas pendientes de discusión en nuestra comunidad.