PAMPLONA - Las carreteras secundarias de Navarra fueron escenario el año pasado de un total de 1.620 accidentes de tráfico que se saldaron con cuatro fallecidos, 37 heridos graves y 191 heridos leves. Si bien la mortalidad se redujo más de la mitad en comparación con el ejercicio anterior, el número de siniestros creció un 19% y continuó la tendencia alcista iniciada en 2016, cuando ocurrieron 1.362 accidentes, un 16% más que en 2015, año en el que tan solo hubo 1.166 sucesos.

La Dirección General de Tráfico, y su director general Pere Navarro, pusieron la semana pasada la lupa sobre la siniestralidad que se registra en las carreteras convencionales y anunció que el Gobierno central baraja medidas como reducir la velocidad en estas vías con el objetivo de homologar a España con otros países europeos como Francia, que recientemente la ha reducido a 80 km/h.

Como consecuencia de los 1.620 accidentes registrados el año pasado en las vías secundarias de Navarra (comarcales y locales, con la denominación NA), hubo que lamentar un total de cuatro muertos, cifra que supone un descenso del 55% en comparación con los nueve fallecidos que se produjeron en 2016. Sin embargo, los heridos graves se incrementaron el año pasado un 32% (37) y los heridos leves crecieron un 48% (191), según la información proporcionada por el Servicio de Desarrollo de Políticas de Seguridad, encuadrado en la Dirección General de Interior del Gobierno de Navarra, extraída de la base de datos Arena, que contabiliza solamente los fallecidos que se producen en un plazo máximo de 24 horas desde el siniestro.

Toño García Malumbres, director del Servicio de Desarrollo de Políticas de Seguridad, y Eugenio Vila Sánchez, jefe de la Sección de Tráfico y Seguridad Vial, apuntan a las distracciones y al uso del teléfono móvil como posibles causas del aumento de los accidentes en vías secundarias. “Una distracción en una carretera convencional es más peligrosa que en una autopista o una autovía. En una vía secundaria solo hay un carril en cada dirección, no hay barreras de contención, los recorridos tienen más curvas... lo que hace que una distracción se convierta en una salida de vía o invasión de carril”, reflexionan.

LA PERSONA, POR ENCIMA DE LA VÍA En cuanto a la influencia que pueda tener el estado de conservación de las carreteras secundarias en el incremento de la siniestralidad producida en los últimos dos años, García Malumbres resalta que “el Gobierno está haciendo un esfuerzo en invertir en la conservación de las carreteras y en aumentar las partidas presupuestarias para realizar actuaciones concretas de señalización, repintado y reparación del firme” y aunque admite que “si las carreteras estuvieran en perfectísimo estado, sería mejor para la seguridad de los conductores”, advierte de que “el factor humano siempre va a tener más trascendencia en la producción de un accidente que el estado de la vía. Hay que tener en cuenta que la misma norma de circulación dice que el conductor tiene que adaptar su conducción a las condiciones de la vía, tanto al estado del asfalto como a las condiciones meteorológicas”.

Para encontrar la razón al descenso de la mortalidad en las vías secundarias de Navarra, en oposición al aumento de los siniestros registrados y del número de heridos graves y leves, Eugenio Vila Sánchez alude a la evolución en la seguridad de los vehículos, “dotados cada vez con más medidas de seguridad”, y al incremento del uso de los sistemas de retención (cinturón de seguridad y silletas infantiles), que mitigan las consecuencias lesivas.

MÁS DE 3.170 KILÓMETROS Si bien la red de carreteras secundarias es la más extensa de toda la comunidad, con más de 3.170 kilómetros, cifra que supone el 82% de todos los kilómetros de carretera existentes en Navarra, los accidentes registrados en ellas representan un 32% de los accidentes totales registrados en la Comunidad Foral en los últimos cinco años, en los que tuvieron lugar un total de 20.217 siniestros, de los cuales 6.605 se contabilizaron en vías secundarias.

Desglosados por años, la evolución de la accidentalidad en las carreteras secundarias fue descendente entre los años 2013 y 2015, ya que se contabilizaron 1.253, 1.204 y 1.166 siniestros sucesivamente, para repuntar durante dos años consecutivos. Así, en 2016 se produjeron un total de 1.362 sucesos, una cifra que se incrementó hasta los 1.620 durante el año pasado.

Como consecuencia de esta accidentalidad, se produjeron 49 fallecidos en las carreteras secundarias navarras (el 35% del total), 168 heridos graves (29%) y 846 heridos leves (25%), ya que en ese mismo periodo 2013-2017 hubo un total de 141 muertos de tráfico Navarra, 580 heridos graves y 3.294 heridos leves.

La evolución de la mortalidad en las vías secundarias navarras muestra que en el año 2014 se alcanzaron las 16 víctimas mortales, para descender desde entonces paulatinamente durante tres ejercicios consecutivos, al registrarse 11 fallecidos, 9 y 4 en los años 2015, 2016 y 2017, respectivamente. En cuanto a los heridos graves y heridos leves, las cifras han sido oscilantes durante los últimos cinco ejercicios, sin poder establecer ninguna tendencia en este sentido.

Al ser preguntados por la posible reducción de la velocidad máxima en las carreteras convencionales anunciada la semana pasada por la DGT, el director del Servicio de Desarrollo de Políticas de Seguridad del Gobierno de Navarra pone por delante que “la velocidad es un factor de riesgo en la producción y en la gravedad lesiva de los accidentes. Una distracción a 100 km/h es más grave que a 80. Por eso cualquier medida tendente a reducir la velocidad puede llegar a evitar que se produzca un accidente y será determinante para que los resultados lesivos sean menos graves”.