Las familias queremos la mejor educación para nuestros hijos e hijas y que la sociedad donde viven vaya mejorando. La implantación del programa Skolae, creciendo en igualdad, en los centros escolares por parte del Gobierno Navarra, responde por un lado a la necesidad que tiene la sociedad de abordar desde los centros una formación en no violencia y en igualdad, y por otro lado a la demanda de las familias, ya que la escuela es un lugar privilegiado para trabajar con todo el alumnado y de ese modo compensar desigualdades, siendo la escuela un espacio diferenciado y complementario a la educación de las niñas y niños.

En la escuela, perduran elementos que reproducen y perpetúan el sexismo y las diferencias entre los futuros hombres y mujeres. Por tanto, contribuir mediante un programa específico a desmontar estereotipos que sustentan valores que no favorecen el respeto por la individualidad sea bienvenido.

El Departamento de Educación ha mostrado con este programa una receptividad esperada desde hace años, en este tema transversal de gran importancia, involucrándose de manera real y cualificada en la mejora del trato entre las personas desde los centros escolares y la repercusión social que ello tiene.

Dado que la coeducación es un concepto dinámico y flexible. Es muy valorable que haya una propuesta pedagógica de los centros educativos para responder a la necesidad de trabajar de manera estructurada la igualdad. Rompiendo clichés injustos, transmitiendo conocimientos para fomentar el espíritu crítico, y normalizando las relaciones entre las personas por el hecho de serlo y no por su sexo. Mejorar la sociedad pasa por actuar en el ámbito educativo de manera activa adecuando esas acciones a la realidad. Programas para coeducar en la escuela son una herramienta para la prevención y la erradicación de la violencia.

Las aportaciones positivas que tiene coeducar desde edades tempranas radica en el potencial de los niños y niñas. A estas edades están libres de prejuicios, por lo que implementar una enseñanza igualitaria repercute en su desarrollo desde una perspectiva de igualdad y equidad contribuyendo a ser personas mas libres, y favoreciendo la interiorización de un comportamiento cívico en condiciones igualitarias y con una visión común, con actuaciones responsables en la sociedad en la que vivimos, donde por el hecho de ser hombre o mujer no debe establecerse la imposición de unos determinados roles sociales.

La educación en estos dos valores igualdad y respeto, es una labor esencial que debe desarrollarse tanto en el ámbito familiar como en el escolar. Se trata de trabajarlos y sobre todo, cuidar los propios actos, porque los niños y niñas aprenden por observación.

Contar con un programa de coeducación, supone trabajar también la equidad que está vinculada a la justicia, imparcialidad e igualdad social. Consiste en estandarizar las oportunidades existentes para repartirlas de manera justa entre ambos sexos. Los hombres y las mujeres deben contar con las mismas oportunidades de desarrollo.

Equidad e igualdad son necesarias para construir una sociedad, donde las personas por encima de su sexo tengan recursos para tener una vida mas digna, donde se conozcan los derechos y los deberes y donde no se normalice la violencia de cualquier tipo por el mero hecho de haber nacido con un sexo u otro.

La autora es responsable de formación de la Federación Herrikoa