pamplona - El cordón policial establecido ayer conjuntamente por Policía Foral y Policía Nacional en el Casco Viejo de Pamplona, en especial en todos los accesos a la plaza Navarrería, condicionó toda la jornada de vecinos, comerciantes y hosteleros de las calles aledañas al Palacio Marqués de Rozalejo. Por comprender que el día de ayer, como los que pueden seguirle de hoy en adelante, les genera un prejuicio económico los comerciantes de la zona se plantean interponer “una denuncia contra el cargo responsable” del operativo.

Amaiur Feliú, socio de uno de los bases ubicados en la plaza, afirmó que uno de los mandos policiales le transmitió ayer que el cordón permanecería activo “por lo menos hasta el jueves por la tarde-noche”. Por ello, Feliú expresó su enfado pues entiende que se trata de “un cierre desproporcionado”.

Desde primera hora de la mañana los agentes solicitaron la identificación de todas aquellas personas que quisieron atravesar el perímetro, limitando el flujo de transeúntes y vehículos. Esto provocó la ausencia casi total de clientes en los bares y negocios de la calle Navarrería y proximidades. “Están parando a vecinos de 85 años y obligándoles a ir hasta el Ayuntamiento para ir a hacer la compra en el mercado”, expresó Feliú.

En su caso, su local abrió durante la mañana y cerró por la tarde al ver que el dispositivo seguía en pie. “Hemos tenido que tirar todos los pintxos de la barra y he dado fiesta a los trabajadores porque en toda la mañana hemos tenido cinco clientes y facturado 12 euros”, afirmó Feliú, aclarando que la caja habitual de una mañana entre semana “ronda los 500 euros”.

Las pérdidas de todos los comercios de la zona, calculó Feliú, “pueden rondar los 50.000 o 60.000 euros”. Por todo ello afirmó que hoy tiene previsto reunirse con “asociaciones de comerciantes y vecinos y otros negocios” para interponer una denuncia “como ya pensamos hacer durante el desalojo de agosto”. - Imanol Zozaya