pamplona - El Gobierno solicitó ayer a la Fiscalía General del Estado que le informe sobre las diligencias abiertas en los tribunales por casos de pederastia cometidos en el seno de la Iglesia, tanto en las parroquias que dependen de las diócesis como en los colegios de las congregaciones religiosas.

La información que remite la Fiscalía nunca será el grueso de estos delitos, porque la mayoría de ellos no llegan a la justicia civil sino que se instruyen en procesos eclesiásticos. Son los obispos y los superiores de las órdenes religiosas los que se han encargado de juzgarlos y, en algunas ocasiones, de dictar indemnizaciones o bien de encubrir lo ocurrido.

Por el momento, la cúpula eclesial se ha negado, escudada en el secreto pontificio, a hacer público el número de abusos que conoce. El Ejecutivo no ha propuesto elaborar un informe independiente, como ya hicieron Irlanda o Australia, para investigar, con la colaboración o no de la Iglesia, los posibles casos silenciados en el pasado, ni va a solicitar a las autoridades datos sobre los archivos de los tribunales canónicos.

La petición, un escrito firmado por la ministra de Justicia, Dolores Delgado, cita que los relatos publicados en la prensa han generado “una importante alarma social” y “una fuerte demanda para que este Gobierno aborde este fenómeno”. En las tres últimas décadas, la justicia solo ha dictado una treintena de sentencias condenatorias a clérigos por agresiones sexuales a menores. El periódico El País ha sacado a la luz el calvario de más de una veintena de víctimas, cuyos casos la Iglesia ocultó, intentó silenciar o en los que actuó en contra de la ley vigente o el derecho canónico.

Poco después de publicar esas noticias, la Conferencia Episcopal Española decidió crear una comisión reservada antipederastia para actualizar sus protocolos contra los abusos, que en la actualidad no obligan a los obispos a denunciar ante la Fiscalía de Menores.

De momento, la cúpula eclesial se niega a revisar los episodios del pasado con una comisión independiente como ya se ha hecho en otros países. Este mes de febrero, el Papa Francisco ha convocado a los presidentes de las Conferencias de todo el mundo para tratar el problema de los abusos. - D.N.