PAMPLONA - La plataforma que coordina la organización de la huelga del 8 de marzo en Navarra hizo ayer una primera valoración de la jornada del viernes en la que destacó la movilización de los pueblos y barrios, ya que el objetivo de este segundo año era descentralizar las actividades de la huelga.

Tras el gran apoyo a la primera huelga feminista de 2018, la coordinadora a nivel estatal se propuso deslocalizar su organización. En Navarra, esta premisa se llevó a cabo de manera muy consecuente, optando por asambleas locales para preparar los actos del pasado día 8.

De este modo, se podían “generar espacios de mujeres provenientes de distintos sectores y construir una red que dé continuidad a la dinámica del 8-M durante el resto del año”, explicó Uxue Álvarez, una de las coordinadoras de Navarra.

Ahora, en el momento de evaluar el resultado del trabajo de varios meses, Álvarez cree que, “aunque es muy pronto para hacer una valoración a partir de datos, que más de cien pueblos y barrios de Navarra hayan organizado la huelga supone un éxito total”.

En este sentido, la coordinadora mostró ayer su satisfacción y apuntó que “en términos cuantitativos no se puede hacer una comparación de esta huelga respecto a la de hace un año, porque la última estaba mucho más descentralizada”.

Las palabras de Uxue Álvarez también se vieron reflejadas ayer en el comunicado que la plataforma 8-M Navarra emitió, en la que calcularon que “han sido unos cincuenta pueblos de Nafarroa los que han salido a la calle a demostrar la fuerza de todas las mujeres”.

En la valoración también recordaron que “en todos los pueblos se han realizado comidas populares para reivindicar que también estábamos en una huelga de consumo. Tras esto, han sido diferentes los actos reivindicativos, realizados para materializar nuestra lucha”.

Esta variedad en las actividades se debe, desde el punto de vista de Álvarez, al logro de la apuesta que este año había hecho el movimiento 8 de marzo en el método asambleario, del que han salido múltiples iniciativas con el objetivo común de la lucha por los derechos de las mujeres.

Una muestra de ello fue la manifestación común, que tuvo lugar a partir de las 19.00 horas en Pamplona y que culminó en la plaza del Castillo, en la que se juntaron “diferentes pueblos y barrios, así como bloques de diversos sectores de la sociedad: mujeres con discapacidad, migrantes, del entorno rural, jóvenes y estudiantes, y pensionistas”, concretaron desde la organización.

En el día después de la huelga, el grupo coordinador dijo que “las reivindicaciones no se quedan aquí” y exigieron “que la lucha continúe, que las instituciones públicas hablen de feminismo para tomar medidas reales y efectivas que pongan en el centro la vida de las personas”. Algo para lo que esperan que resulten fundamentales las redes tejidas mediante la deslocalización del 8-M.