Pamplona - Cuando el Gobierno francés liberó al final de verano dos ejemplares de osas eslovenas en el Pirineo occidental poco se sabía de las recién bautizadas Sorita y Claverina. Cada una ha tenido un comportamiento y un territorio natural diferente. Así como Sorita apenas se ha movido de la vertiente francesa del Bearn, Claverina se mostró mucho más andarina antes de la llegada del invierno, acumulando hasta 50 kilómetros diarios (530 en total) y prodigándose en visitas al Pirineo navarro y Aragón, comunidad vecina donde decidió invernar o, al menos, echar una cabeza. Por otra parte, si la dieta de Sorita ha sido vegetariana, Claverina se ha cobrado al menos cuatro ovejas en otros tantos ataques que tuvieron lugar en el valle del Roncal, zona por la que muestra una preocupante querencia gastronómica... No se había tenido noticias de ellas desde el mes de diciembre, pero la Oficina Nacional de Caza y Fauna Salvaje de Francia (ONCFS) acaba de emitir un nuevo informe con datos significativos cotejando lo que es la información genética de las muestras tomadas antes de soltarlas con la información recabada de sus acciones. En primer lugar ambas osas no son “ni hermanas ni primas” confirmando los deseos de los técnicos que las seleccionaron y reintrodujeron de lograr una diversidad genética de una especie abocada a la desaparición en esta parte de la cordillera donde sólo dos viejos ejemplares machos estaban empadronados. Otro asunto, aún por confirmar, era si estaban embarazadas o no. De momento, a tenor del comportamiento de las osas (una no se ha movido de su osera en invierno y la otra, Claverina, sí) se deduce que ésta segunda no ha dado luz ya que no suelen salir de la cueva hasta avanzar la cria de los oseznos. Claverina ya andaba de paseo y cambiando de lecho desde febrero aunque con desplazamientos cortos hasta este último. Más que hibernar lo que ha hecho es Pirineo slow, ayudada por un invierno “suave”. Ahora hay que saber de qué humor se ha despertado... - T.I.