helsinki - Adalides de la sociedad del bienestar, los países nórdicos, con Finlandia a la cabeza, lideran el último índice mundial de la felicidad elaborado por Naciones Unidas, aunque incluso entre sus propios ciudadanos hay voces críticas que cuestionan los resultados de este informe.

Finlandia encabeza la tabla por segundo año consecutivo con 7,769 puntos sobre un máximo de diez, seguido de Dinamarca, Noruega e Islandia, mientras que el quinto país nórdico -Suecia- ocupa la séptima posición.

A la hora de elaborar la clasificación, los autores del informe tomaron en cuenta la percepción personal de miles de encuestados respecto a seis variables que contribuyen al bienestar: el nivel de ingresos, el apoyo social, la esperanza de vida, la libertad, la generosidad y la corrupción.

Markku Ojanen, catedrático de Psicología especializado en felicidad y bienestar, señala que “los factores relacionados con el bienestar aumentan la felicidad y por eso los países nórdicos están tan arriba en la clasificación, aunque creo que tampoco somos tan felices como dice el informe, teniendo en cuenta todos los problemas que tenemos. Los finlandeses somos depresivos, propensos al suicidio, ahogamos la tristeza y las penas en alcohol y, una vez borrachos, nos matamos unos a otros por motivos absurdos”, comentó un lector anónimo en un foro de internet tras publicarse el índice.

paradoja Aunque el comentario es un tanto hiperbólico, refleja problemas reales y bien arraigados en la sociedad finlandesa. “Esto es una paradoja y no es fácil de entender que, pese a tener bastantes problemas mentales, seamos tan felices. Pero diversos estudios muestran que las personas pueden ser bastante felices aunque tengan problemas serios”, explica Ojanen. En su opinión, la respuesta al “éxito” finlandés puede residir en que se trata de una nación “no muy optimista que se alegra mucho cuando no se cumplen sus expectativas negativas”.

Desde el Instituto de Investigación de la Felicidad de Copenhague, se apunta como uno de los factores claves que explican el dominio nórdico en el índice de Gini, que mide la desigualdad de los ingresos a nivel nacional. Aseguran que “lo que hacen muy bien los países nórdicos es redistribuir la riqueza”. - Efe