roma - El Papa da un plazo de un año, hasta junio de 2020, para que todas las diócesis del mundo se doten de al menos un sistema para que cualquier persona pueda denunciar casos de abusos, según recogió el Motu proprio Vos estis lux mundi publicado ayer por el Vaticano, cuyas normas entrarán en vigor el próximo 1 de junio. El papa Francisco también refuerza en esta nueva norma la responsabilidad de los obispos o miembros de Institutos de vida consagrada para que avisen con “prontitud” de cualquier sospecha a este respecto. Asimismo, la investigación de la denuncia deberá resolverse en 90 días.

El documento obliga a todos los miembros de la Iglesia a denunciar cualquier caso de abusos sexuales y también el encubrimiento por parte de los obispos. De este modo, la norma se refiere directamente a los encubridores al citar expresamente en su ámbito de aplicación las conductas consistentes en acciones u omisiones dirigidas a interferir o eludir investigaciones civiles o investigaciones canónicas, administrativas o penales, contra un clérigo o un religioso por parte de cardenales, patriarcas, obispos, legados del Romano Pontífice, clérigos al cargo de gobiernos pastorales o miembros de institutos de vida consagrada.

Los casos que deben ser denunciados no solo se refieren a aquellos en los que la víctima es un menor, sino que también competen a casos de abusos contra adultos, como de violencia contra las religiosas por parte de clérigos, así como a casos de acoso a seminaristas o novicios mayores de edad. También se extienden a casos de posesión y uso de pornografía infantil y de actitudes de encubrimiento ante estas realidades.

“La normativa no especifica en qué consisten estos sistemas, para dejar a las diócesis la opción operativa, que puede ser diferente dependiendo de las culturas y condiciones locales. Lo que se quiere es que las personas que han sufrido abusos puedan recurrir a la Iglesia local con la seguridad de que estarán protegidas de las represalias”, especificó Andrea Tornielli, el director editorial del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede. - Efe /E.P.