PAMPLONA - La Policía Nacional ha desarticulado una organización criminal dedicada a la captación en Marruecos de personas para su tráfico a través de pateras hasta España, que posteriormente eran alojados en domicilios seguros de la red, y previo pago por parte de familiares de 1.000 euros, eran distribuidos por diferentes zonas de la geografía española y europea. La operación, que se inició en Pamplona a raíz del testimonio de uno de los migrantes, ha permitido liberar a dos menores de edad y se ha saldado con la detención de once personas, siete de las cuales han ingresado en prisión preventiva.

La investigación se inició tras tener conocimiento la Policía Nacional del testimonio de un migrante quien denunció que, el pasado año y junto con otras doce personas, partió desde Tánger en patera hasta España, para llegar a playa en la localidad gaditana de Tarifa. Esta persona declaró que fue recogido por dos hermanos marroquíes, considerados los principales miembros de la organización en España, y trasladado en vehículos hasta una finca, donde pasaron varios días bajo la custodia de la red y, una vez recibido de los familiares de las víctimas el segundo de los pagos por el viaje (1.000 euros), fue trasladado a una estación de autobús donde se le facilitó un billete de transporte.

Tras diversas gestiones, los agentes comprobaron que la red captaba tanto a mayores como a menores de edad, todos ellos procedentes de Marruecos, a cuyos familiares solicitaban el pago de ciertas cantidades económicas para llevar a cabo los traslados, un importe que oscilaba entre los 3.500 y los 6.500 euros. En Tánger, ciudad donde eran conducidos los inmigrantes desde otras zonas de Marruecos, permanecían en casas a la espera del cruce hasta las costas españolas, normalmente a Cádiz y Algeciras en embarcaciones tipo patera sin condiciones de seguridad.

Los investigados tenían pleno conocimiento de la llegada de las pateras procedentes de Marruecos a las costas españolas, información a la que accedían gracias a los contactos que mantenían con los miembros de la organización asentada en el país de origen. Una vez en nuestro país, los migrantes eran recogidos directamente en vehículos y trasladados a fincas y pisos seguros donde permanecían privados de libertad hasta que recibían un segundo pago, que solía ser de 1.000 euros. Una vez abonada la cantidad por los familiares los traficados ya podían partir en autobús hacia diferentes lugares de España y el extranjero. La organización era quien les conseguía el billete y les acercaba hasta la estación de autobús, además de facilitarles ropa adecuada y un teléfono móvil.

Según los investigadores, la red desmantelada ha traficado con medio centenar de inmigrantes de origen marroquí, varios de ellos menores de edad. Los agentes han detectado que la organización también se dedicaba a recoger menores extranjeros no acompañados, tras aleccionarnos e inducirlos para que se fugasen de los diferentes centros de menores en los que se encontraban. - J.M.S.