pamplona - La Comunidad Foral atendió el año pasado, a través de la Oficina de Atención a Víctimas de Delitos del Gobierno de Navarra, a 26 nuevas víctimas secundarias de delitos, es decir, a aquellas personas que, a pesar de no haber sufrido directamente un delito, padecen las consecuencias negativas del mismo, especialmente al haberse producido los hechos en el entorno familiar. Así, ascienden hasta las 75 personas que necesitaron intervención en 2018, teniendo en cuenta las que venían recibiendo atención desde el año anterior.

Siguiendo una línea ascendente en los últimos años, esta cifra ha crecido un 30% respecto a las intervenciones recogidas en 2016, cuando la Oficina atendió a 21 nuevas víctimas secundarias -sumaban 52 teniendo en cuenta las 31 atenciones que se prolongaron del ejercicio precedente-.

A pesar de que se les ofrecía tratamiento desde 2005, fue en 2017 cuando la Oficina decidió abrir expedientes a todas las víctimas secundarias, que suponen cerca de un 10% de las personas atendidas por este servicio, que se creó en 1998. Hasta entonces estas actuaciones no se venían reflejando como víctimas diferenciadas, sino que solo se contabilizaban las víctimas que habían sufrido el delito en primera persona.

A pesar de tratar a personas cercanas de las víctimas que han sufrido cualquier delito, gran parte de los usuarios de este servicio son familiares directos de víctimas de violencia de género, y es que el 73% de las mujeres que han sufrido este tipo de violencia tienen hijos e hijas que deben ser atendidos, cuando así lo requieran, para superar las secuelas de la violencia que han observado. También son usuarios del servicio los progenitores de mujeres, especialmente jóvenes, que han sufrido abusos o agresiones sexuales, o los familiares de personas asesinadas.

Además, la atención a las víctimas secundarias que son menores de edad se facilitó cuando el pasado verano el Boletín Oficial del Estado publicó la modificación del Código Civil para que no fuera necesario el consentimiento del padre para la atención psicológica de menores en casos de violencia de género.

En todos los casos las víctimas secundarias reciben asistencia psicológica, alguna a través de la psicóloga de la Oficina, pero en la mayoría de los casos se les deriva al recurso externo (Psimae Instituto de Psicología Jurídica y Forense) cuando desde allí se atiende también a la víctima principal, para procurarles a este tipo de víctimas un entorno más propicio y agradable, fuera del entorno de los juzgados.

El inicio de actuación y apertura de expediente en la Sección de Asistencia a las Víctimas del Delito de Navarra se emprende “única y exclusivamente” con expreso consentimiento de la víctima, según señalan desde la Oficina de Víctimas del Delito, tanto si lo solicita ella misma como si es remitida por cualquier técnico especialista. Se parte siempre como principio de que el servicio sea voluntario, pilar fundamental para adecuarse al momento idóneo en el que la víctima desee acceder al servicio para recibir atención en relación a su situación”.