pamplona - El servicio de Radiología Vascular e Intervencionista del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN), en colaboración con el servicio de Urología, ha tratado a unos cien pacientes de hiperplasia benigna de próstata (HBP) mediante la novedosa técnica de embolización prostática “con excelentes resultados clínicos y de calidad de vida”, afirmó el doctor Iñigo Insausti Gorbea. De hecho, apuntó el facultativo, “somos centro de referencia de esta técnica tanto a nivel estatal como europeo, por lo que médicos del resto de España -ya lo han hecho unos 50- y de Europa vienen a aprenderla con nosotros”. Así lo hicieron el pasado marzo diez doctores de Polonia, Serbia, Austria y Bélgica; una experiencia que prevén repetir unos 20 facultativos cada año.

Esta técnica, expuso Insausti, “se utiliza para mejorar los síntomas del tracto urinario inferior secundarios a la hiperplasia -crecimiento o agrandamiento- benigna de próstata”, que afecta a “aproximadamente el 50% de los pacientes a partir de los 60 años y hasta el 75% en los mayores de 70 años”. En estos casos, prosiguió, el tratamiento de elección inicial son los fármacos, pero “cuando estos no son efectivos o el paciente no los tolera”, se opta por “la resección transuretral de la próstata en pacientes por debajo de 100 gramos de próstata, y por la cirugía abierta (adenectomía prostática)”, en aquellos con más de 100 gramos de glándula. No obstante, “ambos tratamientos son efectivos y seguros, pero tienen complicaciones como el sangrado, disfunción eréctil, incontinencia urinaria, eyaculación retrógrada o la estenosis uretral”, afirmó.

En los últimos tres años los servicios de Radiología Vascular e Intervencionista y de Urología del Complejo, con el apoyo de Navarrabiomed, han realizado un ensayo clínico, cuyo investigador principal es el urólogo Saturnino Napal Lecumberri, en el que comparan la embolización prostática con la resección transuretral de próstata. Un estudio en el que, como señaló el doctor Insausti, demuestran que la embolización prostática “tiene resultados clínicos y de calidad de vida ligeramente mejores, apreciándose un porcentaje significativamente menor de complicaciones”. Por lo tanto, el ensayo concluye que “es una técnica más segura que la cirugía urológica, con importante mejoría de los síntomas del tracto urinario inferior y de la calidad de vida de los pacientes”. Además, destacó que a las tres semanas de someterse al procedimiento se consiguió retirar el catéter al 100% de los afectados con sonda urinaria permanente.

qué es la embolización prostática Insausti explicó que es “una alternativa novedosa, pero con demostrada seguridad y eficacia en el tratamiento de la HBP” que realizan los radiólogos vasculares e intervencionistas. Se trata de “un procedimiento mínimamente invasivo -no es cirugía-, en el que a través de una punción en la arteria femoral se cierran las arterias prostáticas con unas partículas llamadas microesferas: primero, la del lado izquierdo; y luego, la del derecho. El cierre de las arterias provoca una disminución importante del riego de la próstata, que provoca que esta glándula disminuya de tamaño y, por tanto, sea más fácil la salida de la orina”.

Sus ventajas, según indicó el facultativo, son que “es una técnica segura, ya que no produce disfunción eréctil ni eyaculación retrógrada; se realiza de forma ambulatoria; con anestesia local; no es dolorosa; puede hacerse en cualquier paciente con cualquier tamaño de próstata a partir de 40 gramos; y la recuperación es rápida”.

Pacientes candidatos. Pacientes candidatos a la embolización prostática serían “aquellos que no quieren tratamiento farmacológico ni quirúrgico; que tengan contraindicación para la cirugía (por riesgo de sangrado...); pacientes con fallo de la cirugía prostática; con catéter urinario; con antecedentes de intervención o radiación de la pelvis; o con hematuria”, dijo Insausti, del servicio de Radiología Vascular e Intervencionista del CHN.